El presentador prometió muchísima tensión al inicio del concurso. Luego en el fondo tampoco fue tanta, pero la cosa fue medio entretenida. El programa junta a varios concursantes, a los que va dando una serie de pistas para que adivinen una respuesta. La historia está en que los pulsadores se encuentran a veinte metros de distancia, y una serie de pruebas físicas más o menos duras les separan de ellos.
En general las preguntas no son difíciles, pero claro, es que hay que ser capaz de acordarse de una respuesta cualquiera después de subir una pendiente de veinte metros del 40%. O después de haberse escalado varios postes y haberlos hecho caer. Los concursantes, cómo no, llegan al pulsador sin resuello, y si se confunden, tienen que volver a empezar. Pobrecillos, que sufres y todo viéndolos jugar.
Sin embargo, al final el programa no tiene ninguna emoción. El primero que sale es el primero que llega por regla general y -aunque alguna vez se confunden- si las pruebas no cambian, este producto televisivo promete haber perdido la gracia hoy mismo. Vale que hay programas de pruebas que molan, pero son los menos. Para ver gente sufriendo y esmorrándose contra el suelo, ya tenemos ‘El Gran Prix’. Para que tuviese gracia, les tendrían que hacer p*tadas de por medio para intentar retrasarlos, descalificarlos, etc. Es como si ‘Mario Kart’ no tuviese bombas ni plátanos que tirar a los contrincantes: perdería toda la enjundia.
Calificación: 4,9/10
Destacamos: Los gritos que pega el público cuando salen los musculadísimos concursantes, que son de traca.
Te gustará si te gusta: ‘Guaypaut’, ‘El Gran Prix’, ‘Humor Amarillo’ y ‘Juegos Sin Fronteras‘ (¿dónde quedó este último? ¡Molaba un montón!)
Predictor: Si siguen echando las mierdas que están echando en la tele, igual hasta dura. Anoche tuvo un 14,8% de share, que no es mal dato.