Ambientada en Galicia, ‘Agallas’ cuenta la historia de Sebastián (Hugo Silva), un delincuente de poca monta recién salido de prisión que busca empleo en una empresa cuyo dueño, Regueira (Carmelo Gómez), vive como un rey a pesar de dedicarse a la venta de marisco. Después de ganarse su confianza y demostrar que tiene lo que tiene que tener -de ahí el título de la película- ReguEira convierte a Sebas en su ayudante cambiándole la vida por completo y haciéndole creer que ha llegado a lo más alto sin saber que forma parte de un juego que le supera.
En las entrevistas promocionales Hugo Silva se ha hartado a explicar por qué abandonó ‘Los Hombres de Paco’ y lo difícil que fue para él llevar una vida normal siendo un ídolo de quinceañeras. Por eso el cambio de registro y su intento de entrar a formar parte cuanto antes de un universo actoral más serio. Con ‘Mentiras y Gordas’ está claro que no lo consiguió, ya que sus escenas sólo servían para alimentar más el monstruo adolescente mojabragas capaz de lo que sea para tocar a su ídolo. Con ‘Agallas’ parece que empieza a tomar el camino correcto. Y ojalá lo consiga, aunque luego va y se pone en plan Melendi a cantar una cancioncita de rollo rumba porrera y uno se pregunta qué necesidad tiene el pobre Hugo de torturarnos con esta revisitación del innecesario fenómeno Fran Perea.