Sin embargo, el dúo no tardó en solucionar estos pequeños problemas de sonido e, incorporando percusión en vivo a manos de Benjamin en contados momentos, supo dar la fuerza que esperábamos a las canciones de sus dos álbumes. Andrew se marcó unos bailes de mono un tanto friquis mientras ponía las voces a ‘Ribs Out’. Benjamin no dejó de mover sus caderas hacia delante y atrás en todo el show, mientras tocaba varias formas de teclado y se introducía completamente el micrófono infantil en la boca para gritar.
Hubo dos momentos destacados: la interpretación de ‘Bright Tomorrow’, la mejor recibida por el público, y ‘Flight Of The Feathered Serpent’, hacia el final, con la que el público pudo bailar. Las transiciones entre canción y canción fueron un poco torpes, introduciéndose bastante a capón. El dúo aprobó con nota aunque no logró repetir la perfección de los álbumes. Quizá porque después del chute de Fuck Buttons que nos habíamos metido, los estábamos mirando con lupa. 8
.La gran sorpresa de la noche la protagonizaron Zombie Zombie, otro dúo de música electrónica que ejercía de telonero, pero que salió incluso más victorioso. Ayudados por el cuerpo que supone contar con una batería, convirtieron el patio de La Casa Encendida en una suerte de Berghain en la que el público no dejó de bailar en ningún momento. Posiblemente en estudio funcionen menos, pero en directo su mezcla de kraut-rock con algunas bases un tanto new-wave, no-wave y synthpop (juraría que samplearon un ratito a B-52’s y otro a OMD) arrasó. Después de unos ¿tres? temas de unos 10 minutos cada uno, soltaron: «bueno, esta es la última canción». Y tú pensabas: «¡qué bien! Todavía queda un montón». No dejéis de consultar en su MySpace sus próximas fechas en Barcelona, Bilbao, Palma y Coruña. 8,5.
Foto: Risingson para Flickr.