Hoy, sin embargo, Soitu se despide. No han encontrado un inversor que sea capaz de ver el potencial absoluto que tiene un medio tan arrollador como Internet. Que un medio con más de un millón de usuarios únicos por mes y de enorme reconocimiento internacional tenga que desaparecer debe hacernos reflexionar sobre el momento en que vivimos, fruto de una crisis sin precedentes, pero también de unas vetustas estructuras incapaces de adaptarse a Internet, ese medio de comunicación ante el que cada vez pasamos más y más horas al día, aunque muchos en la misma industria no parezcan enterarse, que es fuente y depósito continuo de información, a diferencia del resto. Un medio de comunicación peligroso por su independencia, su libertad y su carácter público, pero también con una capacidad exponencial de crecimiento y grandes posibilidades. ¿Alguien pensaba cuando se conectaba con un módem de 56kbps (no hace tanto) que en pocos años podría ver vídeos en streaming? Seguro que no. Pues imaginaos lo que queda por venir.
Sin embargo, muchos inversores parecen no entender esto, y buscan una rentabilidad casi inmediata. ¿Cuánto tiempo necesita un medio tradicional en dar beneficios? ¿Cinco años? ¿Diez años? Internet no es diferente, y desde la burbuja de las «puntocom» no conocemos ninguna empresa con retorno de inversión instantáneo. Así que no entendemos esta actitud frente a lo que es, a todas luces, el futuro.
Sea como fuere, desde aquí queremos apoyar a todos los trabajadores de Soitu, que tan bien nos lo han hecho pasar día a día, y con quienes -por un motivo u otro- hemos tenido trato profesional a distintos niveles. Buena suerte y hasta pronto.