Como era de esperar, Hamel fue alternando canciones de sus dos álbumes hasta la fecha. No faltaron ‘Don’t Ask’, ‘Cheap Chardonnay’, ‘Sir Henry’ o la excelente ‘Breezy’, que, rozando la perfección pop, quizá en algún lugar cerca de Jamie Lidell o Jamiroquai, brilló especialmente. Para el final dejó ‘See You Once Again’ o ‘Amsterdam’, como primer bis, que interpretó él solo al teclado. Aunque si tuviéramos que elegir un momento mágico, ese sería ‘Useless Fraud‘, en la que va entonando una preciosa melodía de perdedor y en la que al final logró dejar la Moby Dick completamente en silencio mientras se alejaba del micro y terminaba su letra sin ayuda de ningún tipo de amplificador. 7.