En esta entrevista, Lara (sí, la reconocerás como esa modelo del sensual diastema) confiesa sin tapujos que a comienzos de este año ha estado en rehab por su adicción al alcohol. En la moda muy poca gente es capaz de reconocer sus propias adicciones, es algo que se sabe pero que no se asume hasta que no te pillan en pleno acto, por lo que esto honra a Lara por su sinceridad y naturalidad. También cuenta que ha probado ya todas las drogas (aunque antes ser famosa) y no les da mucha importancia en su carrera.
El otro asunto que siempre preocupa a la gente sobre las modelos es el de la delgadez. Siempre nos suelen intentar vender que estas chicas son así de natural, que tienen metabolismos mágicos que les permiten llevar una dieta normal y pesar 45 kilos cuando miden 1,80. No hay que ser nutricionista para saber que esto es mentira, y Lara también reconoce en esta entrevista que ojalá tuviera la disciplina suficiente para estar súper delgada, pero que le gustan la pizza y las hamburguesas y nunca lo consigue. Es decir, que ella no está anoréxica porque come ergo las otras no comen. Ya decimos, no es novedad pero está bien que te lo confirme una de las propias implicadas en el ajo.
Otro asunto interesante que trata es el de empujar a una compañera modeli por unas escaleras. ¡Toma ya! Y es que aquello de que las tops son todas amiguísimas por aquello de viajar juntas y compartir miserias juntas es mentira. En una profesión que se vive tan intensamente y en la cual se comienza a edades tan tiernas como los 15 años, hay unas rivalidades y enemistades brutales, suficientes como para empujar a una que te estorba «por unos pocos escalones», como asegura que hizo Lara Stone.
La verdad es que Lara mete bastante el dedo en la llaga con esta entrevista, sin llegar a hacer tampoco grandísimas revelaciones súper polémicas. Hubiera tenido bastante arte que revelara trapos verdaderamente sucios como lo de los trucos para vomitar que tienen las tops -que existen, pero son demasiado escabrosos-, pero supongo que de haber soltado la lengua de verdad hubiese hundido a esta industria modil que nos da de comer a algunos. De momento nos conformaremos con estos caramelitos desmitificadores que el universo fashion nos ofrece últimamente, como aquella portada de Elle con famosas fotografiadas supuestamente sin maquillaje ni Photoshop. Veamos qué es lo próximo…