A pesar de la fuerza épica de ‘La superbe’ y de que el disco se llama como este primer single, el resto del álbum no vuelve a contar con ninguna canción tan amanerada. Siempre sin alejarse de sí mismo, Benjamin explora en este nuevo álbum todos los géneros que le interesan, lo que supone canciones al piano como ‘La Toxicomanie’, un dúo incluso ahiphopado en ‘Brandt rhapsodie’, más guiños hip-hop en las extrañas ‘Assez parlé de moi’ y ‘Buenos Aires’, en la que casi recuerda a Experience o a Manta Ray por lo de las voces en castellano, y guiños a Geoff Portishead en los siete minutazos ‘Jaloux de tout’. Entre todas, resplandecen números más pop imposible como ‘Si tu suis mon regard’.
Benjamin dice que el disco es personal pero no autobiográfico. Sin embargo, es difícil disociar la temática de algunas canciones, como el reflejo de la decadencia de la pareja en ‘Brandt rhapsodie’, de su propio divorcio, o ese optimismo contenido, un tanto ácido y hasta diríamos, conociéndole, cínico, de ‘L’espoir fait vivre’, cuyo estribillo repite insaciable de manera apocalíptica: «la esperanza hace vivir, vivir de esperanza hace vivir». Sin duda, habrá quien diga que ‘La superbe’ sería mejor con las 12 mejores canciones de esta era, pero la verdad es que no sobra ninguna de las presentes. Y si pasas de escucharlo por pereza, te perderás una de sus mejores composiciones, ‘Ton Héritage’.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘La Superbe’, ‘Ton Héritage’, ‘L’espoir fait vivre’
Te gustará si: no te da pereza escuchar dos horas de «chanson»
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