Inocentada: ‘Hotel Glam’, disco de la década

La cultura pop de la década de los 00 ha estado marcada por los reality shows. Todos estos años son indisociables de ‘Gran Hermano’, ‘La selva de los famosos’, ‘Confianza ciega’ o ‘El castillo de las mentes prodigiosas’. La música ha aparecido en muchos de ellos, como ‘Operación Triunfo’ o ‘Factor X’, casi siempre para mal, copando listas de éxitos con unas caspazas impresentables. Por suerte, ‘Hotel Glam’, aquel «gran hermano de famosos» en el que coincidieron la flor y nata del corazón patrio, Dinio, Yola Berrocal, Frank Francés, Aramís Fuster, Encarni Manfredi o Tamara La Buena llegó en 2003 para arreglar todo el desastre de Bisbal, Bustamante, Rosa, Chenoa, etcétera.


‘Operación Triunfo’ era muy bonito, pero lo malo es que los cabrones sacaban discos y la gente se los compraba. Y lo triste de todo aquello es que sucedía (y sigue sucediendo a día de hoy) completamente en serio. La compra del disco de ‘Hotel Glam’ se transformaba en una pequeña rebelión contra la cultura karaoke-star: por lo menos venía de gente identificable por todos como lo que es, sin disfraces de estrella del pop, y el single ‘Es una lata el trabajar’, claramente autoparódico, era una metáfora de la chusma del mundo del corazón que ríete tú de Madonna o Kylie riéndose a su vez de sí mismas.

Como en todos los discos de la década, el álbum de ‘Hotel Glam’ era mucho más que un single. ‘Hasiendo el amor‘ de Dinio se convirtió en uno de los temas estrella del verano de 2003. Su hedonismo y vocación folladora constituyeron un gran hit que aun hoy su discográfica, Vale Music, tiene muy bien cuidado (la inserción del vídeo en un blog está restringida); y todavía mejor, aunque pasara más desapercibido, fue ‘Loca’ de Malena Gracia, esa gran canción, la mejor cantada de todas porque curiosamente Malena Gracia canta muy bien, que habría arrasado en Eurovisión si alguien se hubiera dado cuenta de lo buena que era.

Tamara La Buena, que venía de hacer el gran ‘Superestar’ con temas de Carlos Berlanga, Penélope Trip, Le Mans, Rafa Spunky y Luis Miguélez, entre otros, aportaba esta vez una decepcionante versión de ‘A quién le importa’, pero Pocholo Martínez-Bordiu daba la campanada con un ultrahit llamado ‘Mucho Pocho‘, perfecto para «arrancar los motores», como él decía en ‘Es una lata al trabajar’, equivalente a cuatro Red Bulls seguidos.

A versiones correctas de ‘Qué difícil es hacer el amor’ y ‘Macho Man’, se sumaba una de ‘Boys’ de Sabrina, con un rap de Israel de Gran Hermano, que nos recordaba que la original nunca moriría. Incluso Yola Berrocal y su prima Prado se arrancaron con ‘Ritmo de la noche’ varios años antes de que la reivindicaran Klaus & Kinski. O mejor: ¿acaso tanta gente ha reivindicado esta gran canción con el paso de los años? En definitiva un enorme disco conceptual en el que incluso ‘Pavo Real’ de El Puma en boca de Lino Martone, funciona.

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Publicado por
Angèle Leciel