El éxito de Eros Ramazzotti fue un verdadero misterio en su momento y 25 años después lo sigue siendo. Ningún otro artista extranjero cantando en nuestro idioma ha mantenido en estos años su nivel de popularidad, difícilmente un intérprete logra convencer en un país que no es el suyo con una lengua que no es la suya y su música no es de las que influyen precisamente a generaciones posteriores gracias a su originalidad.
El consuelo que nos queda cuando triunfa un intérprete de canción romántica y/o latina a la antigua es que no suelen durar demasiado en el mercado. Sus fans terminan madurando y pasando de la música, y no suelen atraer a la gente joven. Hay excepciones, como Alejandro Sanz, que se ganó el respeto de parte de la crítica reinventándose con el rollo del flamenquito, pero lo normal es que suceda lo que a Laura Pausini: de unos inicios prometedores conquistando a clases enteras de 6º y 8º se pasa con los años a unas ventas más o menos fieles pero mucho más reducidas.
El público que consume radiofórmula y Kiss FM no es muy dado además a ir a conciertos. Por eso es incluso más raro que Eros Ramazzotti consiga lo que no consigue Bryan Adams, a quien recuerda posando con guitarra en los carteles de la gira, y quien por el contrario permanece completamente enterrado en el más humillante de los olvidos.
Podemos preguntar a los fans de Eros por qué sucede todo esto. Por esta web han pasado unos pocos, algunos dejando comentarios divertidísimos pero muy poco aclaratorios. ¿Qué edad tendrán los asistentes a su espectáculo? ¿Cuántos serán mujeres? ¿Cuántas de ellas le verán guapo? ¿Y feo? ¿Cuántos de sus fans sabrán que se dice «súbito escalofrío» en lugar de «subito escalofrío» en caso de que alguien diga esta tontería? ¿A quién leerán los fans de sus letras? Literatura extranjera, ¿original o traducida? ¿Quién engañó a la pobre Tina Turner para que cantara con él? Y sobre todo, ¿cuál es la buena que tiene?
Si eres fan de Eros, ya puedes correr para comprarte su entrada para Barcelona. Actúa el 15 de febrero.