Según Pitchfork, Christabelle, que ejerce de vocalista en el dúo artístico, iba improvisando la mayor parte de las letras. Es quizá por eso que, aparte del perturbador principio con lo que parecen las palabras de ella misma en reversa, el disco carece del más mínimo interés y alma.
Sin embargo, el ‘Where You Go, I Go Too’ ni siquiera tenía parte vocal, y eso no era problema para que las melodías te envolviesen y te hiciesen olvidar todo lo demás. Eso es lo que podría -quizá- haber salvado este disco, pero las de ‘Real Life Is No Cool’ son mucho más aburridas y están prácticamente desnudas de todo tipo de postproducción, así que el disco termina haciéndose largo como un día sin pan. No es que las florituras sean condición sine qua non
para que algo sea bueno, pero cuando te encuentras frente a unas letras que no te dicen nada y a una melodía que es de todo menos emocionante, ¿qué te queda?Pues diez temas que no ilusionan en absoluto, y muchísimo menos se recuerdan una vez que se acaban los casi 50 minutos de duración del álbum. Quizá la excepción sea ‘Lovesick’, cuyo comienzo engancha bastante y hasta puede que tararees a fuerza de escucharla. Pero lo que son las demás, ni el piano de ‘So Much Fun’ ni el razonable parecido de ‘Let’s Practise’ con la base del ‘Future Lovers’ de Madonna (a su vez basada en Giorgio Moroder) salvan un LP que olvidarás tan pronto como se acabe.
Calificación: 4/10
Lo mejor: ‘Lovesick’. El bonus CD sí que promete. Podéis escuchar algunos remixes en Boomkat, uno de ellos de Sally Shapiro.
Te gustará si te gusta: ser un «outsider».
Escúchalo en: MySpace