Up In The Air

En el cine, como en la vida, todo es cuestión de casualidades. La estrella perfecta, el guión acertado, un equipo que cumple su función en perfecta armonía… y llegar en el momento adecuado. De haberse estrenado hace tres años, cuando nos creíamos ricos y con el coche pagado, seguramente esta película no nos habría llegado. Al menos no con la intensidad con la que el realizador canadiense Jason Reitman, sí, el mismo de ‘Juno’, se ha enfrentado a una realidad que a todos en mayor o menor medida nos ha tocado: el despido. Reajustes de plantilla, ERES, paro… La crisis dicen que también significa oportunidad y he aquí el ejemplo más adecuado. Y eso que por ahora sólo nos hemos quedado en la superficie.


‘Up in the Air’ es una brillante crónica de la soledad que es esta vida que despega con solera y acaba con ligeras turbulencias. Protagonizada por George Clooney, que interpreta a un ejecutivo encargado de decidir a quién deben despedir las empresas, habla de la vida de un independiente en constante itinerancia, de un maestro en optimizar recursos, ya sean maletas, relaciones o una casa. Un bon vivant amante de la primera clase al que se le descoloca la existencia cuando le ponen de compañera a la agresiva joven Natalie, papel que suena a Oscar gracias a la interpretación de la actriz Anna Kendrick, que pone cuerpo, cara y alma a una aspirante a jefa de esas que caen mal y visten peor. Una aprendiz incómoda que acompaña a Clooney por los aeropuertos USA con la intención de aprender un oficio que ella quiere reducir al mínimo contacto humano: un online ahí te quedas. Lo que pasa en la historia con ella, y sobre todo cuando Clooney conoce una noche a Alex, su versión femenina y guapa -Vera Farmiga, otra que huele a Oscar- mejor lo callamos para no estropear la sorpresa de aquel que decida, algo que todos deberíais, acercarse al cine a verla.

Que cómo una crítica feroz al capitalismo sin alma se convierte en una metáfora de la madurez masculina, cómo un gran presupuesto en una película íntima, cómo un homenaje al gnomo de ‘Amelie’ en algo más o menos fresco y un cabrón como Clooney en el héroe imperfecto de nuestros días, no sabría decirte. Pero que Reitman, si bien no llega a la altura de ‘Juno’, ha superado la prueba, eso seguro. Lástima que un comienzo brillante de diálogos herederos de la comedia clásica se convierta al final sólo en una película pasable que pasa de arriesgar para apuntarse a la moda de las moralinas empeñadas en demonizar a todo aquel que escoge la soledad como única vía. Qué manía. 7.

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Publicado por
Claudio M. de Prado