Tal vez el homenaje fue excesivo, y no es que estuviese mal que más o menos se siguiera el orden del concierto original, pero, ¿era necesario tocar ‘San Quentin’ dos veces seguidas? En la prisión de San Quintín, los presos la pidieron, pero no creo que anoche hubiese alguien que quisiera escucharla de nuevo, justo después de haberla tocado. Por otra parte, Gelb repitió casi palabra por palabra cada comentario que Johnny Cash hace entre canción y canción (lo de la televisión inglesa, lo de juntarse con Bob Dylan, etc), que puede tener su gracia, pero que terminó pareciendo algo forzado, y de nuevo, innecesario. Paradójicamente, pese a conocer tan bien esos detalles, la versión de ‘I Walk The Line’ fue un tanto destartalada, con Gelb olvidándose de parte de la letra, teniendo que echar mano de un atril donde estaban todas las letras de las canciones.
Para interpretar ‘Darling Companion’, se invitó al escenario a una tal Cecilia a hacer las veces de June Carter Cash, quien volvió a salir, acompañada de Fernando Vacas (Flow) para ‘I Still Miss Someone’ y ‘Folsom Prison Blues’. Creo que nadie imaginaba lo que vendría en los dos bises que pusieron el punto final al concierto: tras interpretar temas como ‘Wayfaring Stranger’, canción tradicional también interpretada (magistralmente, por cierto) por 16 Horsepower, o ‘Jackson’, se les unió Raimundo Amador en ‘Ring Of Fire’. En el segundo bis, Amador cambió la guitarra eléctrica de Howe Gelb por una española, y acompañado de un segundo guitarrista, también con española, tocó lo que parecía ser un tema de Giant Sand. Un buen concierto al fin y al cabo, pero a ver si vuelven para interpretar solamente canciones propias, con las cuales se encuentren más cómodos. 7.