Más es menos en ‘Nine’

Lo tenía. Y no ha sabido aprovecharlo. Todo estaba a su favor para, si bien no contentar a todo el mundo, al menos gustar a su público objetivo, que es el mismo que se compró la edición coleccionista doble DVD de ‘Moulin Rouge’ con caja metálica. Pero Rob Marshall, aquel coreógrafo que resucitó el género hace unos años con su genial adaptación de ‘Chicago’, ha metido la pata hasta el fondo al llevar al cine otro grande del género que de haber estado firmado por Martini nos habría hecho menos daño. De acuerdo, ‘Nine’ no es un musical de melodías fáciles y su puesta en escena exige menos espectacularidad que otros similares. Pero cuando números que se prestan a los excesos más condescendientes, los que acompañan a canciones como ‘Folies Bergères’, se quedan en parodia algo dentro te dice que la película falla. Y ojo, que hablamos de aburrimiento ya a la tercera canción de la película.


Como a estas alturas sabréis, ‘Nine’ cuenta la historia de Guido Contini, al que da vida un correcto Daniel Day-Lewis en la piel de este alter ego de Federico Fellini que Bardem rechazó en su momento por estar exhausto y Banderas revitalizó en Broadway años después de que el fallecido Raul Julia ganara varios Tony por su estreno en los años 80. Este director de cine pasa por una crisis creativa y personal, y se tiene que enfrentar a la idea de empezar a rodar su nueva película mientras lidia con la presencia y el recuerdo de las mujeres que han marcado su vida, entre las que se incluyen su mujer (Marion Cotillard), su amante (Penélope Cruz), su musa (Nicole Kidman), su confidente y diseñadora de vestuario (Judi Dench), una periodista de la revista Vogue americana (Kate Hudson), el amor platónico de su juventud (Fergie) y su madre (Sophia Loren). Todas juntas pero no revueltas, una por una, desfilando para cantar su canción como en un cásting de ‘Operación Triunfo’ y marcharse sin dejar huella.

Resulta muy complicado averiguar qué es lo que falla en esta película cuando por separado y por segmentos podría no ser del todo mala. A excepción de los anodinos números de Kate Hudson, Sophia Loren y Judi Dench (que no es su culpa suya, les tocaron en suerte las canciones feas), el resto del reparto da lo mejor de sí para hacer creíbles sus secuencias. Nicole Kidman mueve la cara, la Cotillard emociona y Fergie, a pesar de una coreografía hortera, llega a brillar con sus kilos de más y su tema ‘Be Italian’, el más pegadizo con diferencia. En cuanto a Penélope Cruz no es nacionalismo absurdo decir que está, una vez más, estupenda, con unos movimientos que te dejan embobado, una actuación de amante de Guido más que creíble y, sobre todo, una voz que te hace preguntarte por qué no cantó ella en su momento las canciones con las que hizo playback en ‘Volver’ y ‘La niña de tus ojos’. Llega incluso a recordar a la Marilyn de ‘El multimillonario’ con ‘My Heart Belongs To Daddy’. Se merece las nominaciones, claro que sí. Ganar los premios ya es otra historia.

Esperemos que después de filmar esta historia a Marshall le haya calado el mensaje del protagonista y no tire la toalla después de perpetrar un flop sin estrella. A ver, que yo le daría encantado dos de los ocho euros que costó la entrada. Pero el resto, no, el resto que me lo devuelvan. 3

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Publicado por
Claudio M. de Prado