Beach House, dúo de Baltimore formado por la francesa Victoria Legrand y Alex Scally, han dado el salto del modesto sello Carpark al poderoso Sub Pop para editar su tercer álbum, ‘Teen Dream’. Contagiados por ese salto en el escalafón, y tal y como demostraron ya en el pasado Primavera club, han reforzado su propuesta dando mayor empaque y consistencia a su hasta ahora folk-pop ensoñador de dormitorio, intimista y delicado, para transformarlo en gran pop. Y detrás de él hay una bonita historia: Scally y Legrand, poseídos por una poderosa energía creativa tras la gira de ‘Devotion‘, sintieron la imperiosa necesidad de apartarse de todo para canalizar ese ímpetu y traducirlo en estas canciones.
Y así lo hicieron, dejaron atrás sus vidas en Baltimore y se fueron a Nueva York para encerrarse durante más de un mes en una iglesia reconvertida en estudio de grabación, poniéndose en las técnicas manos de Chris Coady (TV On The Radio, Yeah Yeah Yeahs) para que registraran esas sesiones. Esto significó para ambos alcanzar un grado de intimidad creativa casi física. «Somos las mismas personas, pero este disco ha cambiado nuestra orientación. (…) Cada vez que pasaba algo bueno (durante el proceso creativo), nos mirábamos y sabíamos que ahí estaba. Fue instintivo, íntimo», han declarado ellos mismos.
El álbum comienza imponente con ‘Zebra’ y desde ese momento ya se percibe que estos son otros Beach House. Y en esta mutación parece decisivo el haber relegado el uso de cajas de ritmos y haberlas sustituido por batería y percusión real, que conforman un esqueleto más sólido a su dream pop. Y es extraño, porque se reconoce claramente a los autores de ‘Gila’ o ‘Apple Orchard’, pero hay algo más, un factor intangible, espiritual, que alimenta estos temas y que antes, simplemente, no estaba. Y puede que esa extraña fuerza sea también la que haya llevado la voz de Legrand (cuya colaboración con Grizzly Bear
parece haberla transformado) a nuevos niveles de intensidad y confianza, apartando aquel encantador cantar tímido de sus discos anteriores, explorando sus límites físicos, yendo del susurro al desgarro en segundos, como tocar terciopelo y hielo simultáneamente. Hay incluso quien se aventura a proclamarla la «Stevie Nicks de nuestro tiempo», pero lo cierto es que está próxima a convertirse en una nueva figura de culto para un público no necesariamente enteradillo.La sugerente ‘Silver Soul’ (¿estará su estribillo pretendidamente inspirado en esto?), el magnífico single (casi poppie) ‘Norway’, la renovada versión de ‘Used To Be’, la radiante ‘Walk In The Park’, la apasionada ‘Real Love’ o la intensa ‘Take Care’ (con esa increíble coda final) suenan expansivas y cálidas, misteriosas y brillantes, en contrapunto a unas letras que aluden de forma más o menos velada a ese período de abandono y vació en el que Victoria y Alex se vieron inmersos cuando se apartaron de los suyos para parir esta magnífica obra que sin duda será un hito en su carrera y en el pop contemporáneo. No, no sería descabellado definirlos como una versión indie de Fleetwood Mac, o quizá sería más exacto imaginar una banda sonora de ‘Twin Peaks’ interpretada por Stevie Nicks haciendo de Julee Cruise con Mazzy Star en plan shogaze como banda de acompañamiento, o incluso a la Velvet con Julee Cruise haciendo de Nico… Pero son solo pobres intentos de describir una obra de estilo único y belleza duradera que será, con seguridad, un hito en la carrera de Beach House.
‘Teen Dream’ fue puntuado con un 8 por JENESAISPOP en 2010, modificándose su calificación en 2022 durante la «Semana Beach House» a la edición de ‘Once Twice Melody‘.