Carmen Machi sostiene ‘La mujer sin piano’

Este fin de semana se estrena ‘La mujer sin piano’, la primera película que cuenta con Carmen Machi como protagonista absoluta, además en un papel bastante dramático, tras ganar algunos premios como la Concha de Plata a mejor director del Festival de San Sebastián. Los días 29, 30 y 31 de enero él, Javier Rebollo, estará en la sesión de las 22.30 de los cines Verdi de Madrid para participar en un coloquio sobre el film y Machi acudirá también al del sábado.


En muchos momentos ‘La mujer sin piano’ recuerda a otros proyectos recientes algo indigestos pero muy relevantes, como el de Jaime Rosales en ‘La soledad’. En la cinta de Javier Rebollo no vemos exactamente los mismos temas ni se utilizan exactamente los mismos recursos, pero sí parecidos. Estamos ante una clara exploración de la soledad y la búsqueda de uno mismo (por cierto, antológica la escena de la autoexploración de Carmen Machi) y ambas películas también comparten un ritmo discreto que digan lo que digan no deja mucho lugar al aburrimiento, así como un gusto por mostrarnos a los personajes muy de cerca, aunque no los estemos viendo en primer plano. En ‘La soledad’ había escenas en que decía más lo que no veíamos y en ‘La mujer sin piano’ sucede lo mismo. Nadie necesita ver llorar a Carmen Machi para adivinar qué siente cuando su marido le dice que no va a ir a comer porque se tiene que quedar con el taxi o cuando él se acuesta y la deja sola viendo la tele nada más llegar a casa.

La exploración del yo es uno de los temas claros de la película, algo que vemos en el recurso de la peluca, los zapatos de tacón, el personaje de la prostituta o la conversación con la persona más improbable de una estación tan sórdida como siempre ha sido Méndez Álvaro. La vida interior de la protagonista, Rosa, es tan sucia como eso y más y para ella será un gran refugio la conversación más tonta con un personaje como el interpretado por Jan Budar, célebre actor, músico y guionista checo. Éste, encantador, es un gran complemento a una película casi pensada para Carmen Machi, en la que ella va equilibrando con carisma su vis cómica y su potencial dramático.

Aunque quizá a veces algo surrealista o rara de más (algunos diálogos o la ausencia de los mismos son demasiado), cuando lo que se nos está contando es una cosa tan sencilla como lo que ya hemos visto por ejemplo en la infravalorada serie ‘Yo, una mujer’ de Concha Velasco; y a pesar de ser también algo repetitiva (¿como la vida de la protagonista, quizá?), estamos ante una película pequeña y contenida, pero de final y significado bastante grande. 6.

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Publicado por
Sebas E. Alonso