‘Precious’ cuenta un momento determinado de la vida de Claireece Precious Jones, una quinceañera que tiene por vida un auténtico infierno. Encargada de cuidar de su casa y de su madre, violada en repetidas ocasiones por su padre desde su infancia, con dos hijos fruto de los abusos de su progenitor, maltratada físicamente por su madre, obesa y analfabeta, es difícil entender qué la lleva a seguir adelante. Pero lo cierto es que según va transcurriendo la película notas que, aunque la protagonista se sacrifica y se resigna, no pierde en ningún momento la esperanza ni el afán de superación. Es quizá esto lo que ha hecho que la película sea una de las más esperadas de este año.
El largometraje es probablemente uno de los más duros y violentos que hayáis visto nunca. Y no, no vais a ver vísceras ni cine gore. ‘Precious’ cuenta una historia de violencia física, pero también de violencia psicológica, a veces más peligrosa incluso que la anterior. Lo bueno es que el director y el guión se sirven del humor y de lo onírico como válvula de escape a la trama que vemos en pantalla, evitando así escenas demasiado explícitas al público. Y es de agradecer, porque bastante emocionales son ya los dos clímax de la película, capaces de hacer que te revuelvas en la butaca ante la desnudez y la sinceridad brutal de los dos personajes protagonistas. Estos clímax a su vez se equilibran -eso sí- con un pequeño giro argumental que hay hacia la mitad, dando una identidad totalmente nueva a algunos personajes secundarios.
Es digno de mención además el fantástico trabajo del elenco de actores. La novel Gabourey Sibide te hace plantearte algunas veces que esta no sea su propia vida. Y su madre, Mo’Nique, se enfrenta con ella en un duelo a muerte en el que ambas brillan por encima de todos los demás. Incluso por encima de Mariah Carey y Lenny Kravitz, que al menos hacen que te olvides por un momento de quiénes son, en contra de lo que todos creíamos. 8