Por un lado Pepe -ganador de GH7- y Raquel aka La Violinista Calva, ésta última tras repetidos pasos por el quirófano, entran en la casa con un historial de malrollismo post concurso entre ellos a las espaldas. Esta pareja se ve convenientemente complementada con el arte y tronío de la única ex concursante con título nobiliario, La Marquesa, y su némesis Inma, esa mujer que vive permanentemente como si estuviera en los Carnavales de las Palmas de Gran Canaria. Con que nos den la mitad de las frases para el recuerdo que nos dieron en su momento, que en JNSP gustamos de repetir siempre que tenemos ocasión (sobre todo «la elegancia la llevo yo»), nos conformamos.
Por otro lado, Indhira y Arturo no defraudan, con un torrente de hormonas y perrerío, que sólo ha tardado una semana en desbordarse, con lo que la cuota de sexo en la casa queda asegurada. Nickymente y La Legionaria se encargan de satisfacer a todos los fans de la bronca y el polígono, así como de las franjas de edad más altas, que disfrutan con sus Matrimoniadas.
Noemí y Raquel abandonan la casa expulsadas por sus compañeros tras una amarga semana en la que la tensión entre ellas se podía cortar con cuchillo. Qué pena nos produce lo de esta pareja, la verdad. Y bueno, luego están los demás, que francamente nos dan igual.