De voz grave, pero capaz de hacer gorgoritos de ángel, Holly Miranda habla de envejecer (‘Joints’) o de necesitar desesperadamente una mano amiga (‘Slow Burn Treason’). Las referencias al sueño se repiten en canciones como ‘Sleep On Fire’ o ‘Everytime I Go To Sleep’ y la búsqueda del amor como fin último es una constante en casi todo el disco, como en la preciosa ‘Canvas’ o en ‘Sweet Dreams’. Este último corte es posiblemente el que tiene los arreglos más bonitos de todo el álbum, unos vientos de corte retro que, junto a los del primer single, ‘Forest Green, Oh Forest Green’, convierten a estos dos temas en los más interesantes de ‘The Magician’s Private Library’.
La voz de Holly Miranda podría recordar a la Russian Red más electrónica o a la misma Alondra Bentley. A esta última sobre todo en la multitud de vídeos de Holly Miranda colgados en la red acompañada únicamente de una guitarra, como en esta versión acústica de ‘Joints’, con cuerdas de guitarra y violín:
‘The Magician’s Private Library’ tiene un poco de todo, aunque casi nada por lo que destacar de verdad. Un disco muy mono aunque tal vez demasiado correcto, poco arriesgado, corriendo el riesgo de terminar aburriendo. Quizá hubiera resultado verdaderamente espectacular con arreglos más simplistas, con algo menos de electrónica y, sobre todo, con la voz de su portagonista más limpia, que la tiene bien bonita.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor:‘Forest Green, Oh Forest Green’, ‘Canvas’, ‘Joints’, ‘Sweet Dreams’
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