Los sonidos del grupo beben evidentemente de la coctelera de synthpop y guitarras eléctricas de Daft Punk, pero en los últimos tiempos se han alimentado de interesantes progresiones, estructuras sorprendentes y sonidos más soleados de los que encontramos en Daft Punk 2 (el debut de Justice). Sus canciones son bailables, los dos cantantes se reparten el protagonismo principal sin que el público apenas se entere y tienen un punto macarra que resulta cuando menos entretenido. El cantante se animó a pedir un aplauso para el batería porque tenía una polla gigante.
El show fue in crescendo y hacia el final, cuando sonaron ‘Souvenir’ y ‘Futuresex’, el recuerdo a su etapa casiopunk, que se quedó donde se tuvo que quedar, la gente bailaba con los brazos en alto. El bis con la versión ‘Freed from Desire’ de Gala remató, al ser recibida como merece por el público. Entre Francia, Italia y Barcelona, el grupo no tiene tanto que envidiar a Delorean. 7.