The Hidden Cameras @ Moby Dick

The Hidden Cameras comenzaron tan puntuales su show en Madrid que por desgracia nos perdimos el inicio de su concierto. No hay manera de acertar con estas cosas. Por suerte pudimos hacernos con un setlist (era muy fácil, son ocho componentes y en Moby Dick había entre media entrada y tres cuartos, más o menos), que vino a confirmar lo que nos temíamos: que Hidden Cameras siguen ignorando casi por completo esa obra maestra que es su disco de debut. Y gracias que sonó ‘A Miracle’, que en cuatro shows que les he visto de momento, en diferentes épocas y etapas, era la primera vez que me tocaba.

Es una pena que el grupo relegue de esta manera su primer disco, sobre todo después de escuchar la bonita versión que hicieron de esta canción con las posibilidades de cuerda y viento que ofrecen sus multiinstrumentistas, pero uno de ellos nos reconocía al terminar el show que ni siquiera este enorme single es habitual del repertorio. ‘The Smell Of Our Own‘ no es un disco tan reconocido, no se ha dejado caer por tantas listas de lo mejor de la década, pero suponemos que al grupo, pasando de lo que diga la crítica, lo que le apetece es reivindicarse mucho más allá de aquel primer disco, recordando que han hecho otros tres que tampoco están nada mal.

Y su show funciona al margen del típico número en que se vendan los ojos en ‘Smells of Happiness’ y el momento en que Joel Gibb corretea entre el público. La intensidad de ‘Walk On’ parece ahora pensada para el directo, las bases electrónicas de ‘Do I Belong?’ entretienen y temas como ‘Little Bit’ y ‘Underage’ se convierten en una completa fiesta en la que los miembros del grupo no paran de bailar o saltar en grupos de dos o al completo. La única chica de la banda hace un esfuerzo sobrehumano por hablar en castellano y Joel se atreve incluso a moverse como frontman sin su guitarra en algunos temas. A pesar de que el público no conoce muchas canciones, de que todos sabemos que tienen mejores temas que los que suelen interpretar, el show se transforma en una fiesta participativa consirable. Lo que sus conciertos medio «queer» siempre han buscado.

Tras el repertorio programado (esta hoja pintarrajeada es verídica), suena un bis de dos canciones, dejando para el final ‘Ban Marriage’, y un segundo tras haberse metido de nuevo en el camerino, con ‘I Believe in The Good Of Life’. Una pena que faltaran ‘Shame’, ‘Boys of Melody’ o ‘Golden Streams’, pero algo es algo. 8.

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Publicado por
Sebas E. Alonso