Ewan McGregor es el escritor sin nombre en ‘The Ghost Writer’

Roman Polanski ha estrenado tristemente bajo arresto domiciliario una película en la que plantea que un ex primer ministro británico, casi inspirado sin ningún tipo de vergüenza en Tony Blair, sea juzgado por sus crímenes de guerra en Irak. ‘The Ghost Writer’, que está basada en el bestseller de Robert Harris, se pregunta si detrás de Adam Lang, interpretado por Pierce Brosnan, están los intereses de la CIA y EE.UU., pero no es ninguna denuncia social reivindicativa, sino otra de sus películas inquietantes.


Ewan McGregor, en un papel en principio pensado para Nicolas Cage, interpreta al escritor en la sombra que tiene que encargarse de corregir, es decir de reescribir entera, la biografía del ex primer ministro. Pinta mal la cosa para él desde el principio cuando en una de las primeras escenas le atracan y le roban lo que dos motoristas creen que es el manuscrito. Desde entonces nos damos cuenta de que estamos ante el clásico Polanski que va poniendo poco a poco a sus personajes contra las cuerdas: el de ‘Frenético’, el de ‘Callejón sin salida’ y hasta diría el de ‘Lunas de hiel’ (algunos en cuanto vemos un barco, aunque sea un Ferry, y un personaje femenino con pinta de mojigato, en este caso la mujer de Adam Lang, no podemos dejar de pensar en esta película).

Ewan tiene que trasladarse a un paraje inhóspito en EE.UU. para escribir el libro en un mes. Allí, descubrirá que su predecesor murió mientras realizaba su trabajo en un accidente y hasta Kim Cattrall (Samantha en ‘Sexo en Nueva York‘) le recibirá con cierta frialdad. Polanski vuelve a mantener la intriga durante los 120 minutos de metraje sin despeinarse, pero dejando algunas cosas por pulir, como el personaje interpretado por Tom Wilkinson (en especial su última aparición), o despertando el deseo en el espectador de ver una película sobre el escritor al que sustituye Ewan McGregor (después de comprobar el proceder de este en la casa, uno se pregunta de dónde sacaría ciertas informaciones).

No es la única elipsis de la película, que contiene uno de esos fuera de campo que nunca se olvidan. Aunque quizá tontamente por lo que tarde en borrarse de nuestra memoria es por su homenaje al escritor en la sombra que se encarga de los libros que supuestamente escriben los famosos y que se remata con el hecho de que no conozcamos el nombre del personaje interpretado por McGregor. Completamente genial su cara cuando lee por primera vez la biografía. 7.

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Publicado por
Sebas E. Alonso