Aunque muy lejos en sonido de Scissor Sisters, el show de YACHT arrasó anoche la Sala El Sol por las mismas razones: una fiesta continua encabezada por dos vocalistas, chico y chica, que se alternan constantemente. Jona y Claire animaron al público, que bailaba brazos en alto, sobre una base musical que cuenta con el visto bueno del sello de James Murphy. La verdad, cómo mola DFA.
Que el show funcionaría se adivinó desde que después de la inicial ‘Ring The Bell’, el creador de YACHT, Jona, presentara en las proyecciones de pantalla a los miembros del grupo con nombre y foto (Bobby Birdman había ejercido de telonero con su proyecto paralelo). Mostraron unas divertidas imágenes del mapa de EE.UU. indicando de dónde venían y así de tontamente el público ya estuvo predispuesto con una sonrisa en la cara desde el inicio del show.
Además de que las canciones están hechas para bailar, Jona, con un traje blanco impoluto, y Claire, con un extraño vestido que mostraba casi íntegras unas medias de rejilla que frotó contra un ampli, no dejaron de darlo todo. Lo típico: botes de derecha a izquierda alternados con sus labores a la guitarra y los teclados, se mezclaron entre el público, le hicieron cantar, saltar, sentarse… Y se atrevieron a decir que el concierto moló mucho más que el del día anterior en Barcelona. No sabemos qué pasará con este tipo de comentarios en el añs 3327, pero en 2010 a la gente le sigue encantando.
Tras un set de unos 45 minutos de música con sus buenos momentos de subidón, insistimos, muy DFA, en los que sonaron temas como ‘The Afterlife’ y que dejaron claro que YACHT es un «must» a ver en el FIB, el grupo cerró el concierto con una celebradísima ‘Psychic City’. En el bis, Jona volvió para interpretar solo con la guitarra eléctrica una canción decadente sobre ser un desarraigado, como para recordar que es el inventor de esto y, a su término soltó: «¿Queréis que vuelva el techno?». Pues claro que sí. 9.