Alicia en el país del vago Burton

El problema de fabricarse eso que dan en llamar «universo propio» es que cuesta tanto construirlo que te vuelves comodón. ¿Sabéis el trabajo que lleva todo para luego usarlo una vez y tirarlo? No es plan. Y Tim Burton, otra cosa no sé, pero digno de dar clases en una facultad de Economía, sí. Sólo así se puede explicar que el pobre hombre lleve años haciendo la misma película y encima todos salivemos como borregos esperando la novedad. Que si por lo menos los filmes estuvieran bien, como le pasó a Pedro Almodóvar reutilizando en ‘Átame’ los decorados de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’, pues se lo perdonabas. Pero la vagancia ha superado al creador y el resultado, estrenado con mes y pico de retraso por culpa de ‘Avatar‘, es una decepcionante versión libre de ‘Alicia en el País de las Maravillas’. Del supuesto 3D mejor no hablamos.


La película, en contra de lo que podáis pensar, no comienza con una niña leyendo un libro a la sombra de un árbol, sino con una fiesta en un jardín victoriano a la que asiste una joven de 19 años llamada Alicia, dignamente interpretada por Mia Wasikowska. La chica, al descubrir que va a ser pedida en matrimonio por un joven de la alta sociedad por el que no siente nada, huye de allí persiguiendo a un conejo blanco hasta su madriguera, agujero por el que cae hasta llegar al País de las Maravillas, el mismo que visitó hace años pero el cual no recuerda. Allí se encontrará con viejos amigos –aunque faltan algunos de los mejores– y descubrirá que su retorno no es tan casual como podría parecer, sino que su misión es la de derrocar a la Reina Roja (obligado momento Bonham Carter) para devolver la paz al reino.

La verdad es que resulta loable que Burton haya intentado actualizar el cuento original para darle una visión más moderna. Pero sucede que ‘Alicia…’ es, todavía hoy, un cuento de lectura tan actual que con toda probabilidad cualquier intento de alteración terminará resultando fallido. Y así ha sido, se ve que no aprendió la lección con el ‘Planeta de los simios’.

Por eso es que el espectador que conozca más o menos la historia no entrará ni con vaselina en este juego sin brújula ni destino al que los sobreactuados Johnny Depp y Anne Hathaway poco aportan más que una inmensa pereza. Monstruos inventados, verjas retorcidas y batallas Tolkien fuera de contexto llenan la jarra de la paciencia. Y atentos, por cierto, al factor Gollum que hace que casi cualquier criatura digital sea más creíble que cualquier persona, aunque teniendo las voces de Stephen Fry y Alan Rickman tendría huevos no haber salvado la papeleta. Lástima que sólo se puedan disfrutar de ellas en la versión original, a la que por cierto, si vais, contadnos para ver si compartimos opiniones en torno a la extraña experiencia de ver a Matt Lucas, el de ‘Little Britain‘, diciendo otra cosa distinta a “Dust? Anybody?”.

A ver si espabilamos, Tim Burton, que estás muy vago y a este paso vamos a pensar que, como el Emperador, en realidad llevas demasiado tiempo desfilando en pelotas. 3,5

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Publicado por
Claudio M. de Prado