Si esto hubiera sucedido en España, nos estaría bastando con tirar piedras sobre nuestro propio tejado para recordar al mundo lo catetos que somos, pero que haya sucedido en un país en el que la lista de ventas está plagada cada semana de discos alternativos, en el país en que Vampire Weekend o MGMT pueden recoger discos de oro y M.I.A. fue multiplatino con su single ‘Paper Planes’, da que pensar.
En Stereogum se preguntaban si es que a la gente joven no le interesan los clásicos, pero en caso de que fuera así, habría que preguntarse por qué y también habría que preguntarse más cosas. La comparación entre Pavement y Phoenix lleva a extremos. Phoenix son el grupo de moda en EE.UU. Han tocado ‘1901’ en varios programas de «late night» y prime-time, como el show de Conan O’Brien, David Letterman o Saturday Night Live, la canción ha aparecido en Rock Band, en un anuncio de Play Station, en ‘Gossip Girl’ y ‘Melrose Place’. Como consecuencia el álbum lleva varios meses en la lista de ventas y ha despachado 400.000 copias. Es decir, el público medio de Coachella les tenía ganas. Bien por ellos.
Pero la decepción en torno al esperado regreso de Pavement es clara. Caben preguntarse al respecto dos cuestiones interesantes. En primer lugar, si los medios dedican suficiente atención a los clásicos frente a los nuevos grupos y a su vez si el público está abierto a ellos. Desde luego, es culpa de la prensa perseguir hypes casi de manera surrealista y hasta diríamos un tanto estúpida. Sin embargo, hace poco dedicábamos un pequeño homenaje a Roxy Music con motivo de su actuación en el Sónar que, para nuestra sorpresa, terminaba entre lo menos leído del mes en nuestra web.
En segundo lugar, hay que preguntarse de una vez y para siempre si un festival es el lugar adecuado para que en él actúen grupos cuyos fans rondan los treinta o los cuarenta años. Por fortuna, entre ayer, hoy y mañana podemos disfrutar en España de la presencia de Sonic Youth en salas pequeñas, pero el asunto es todo un acontecimiento, una noticia, una excepción. Los grupos, cerca de los cincuenta años y con pocas ganas de girar, suelen ser seducidos por los cachés millonarios que se les ofrece en un festival y que de ninguna manera podría pagar un promotor normal (dos millones de dólares recientemente para Libertines, nada menos).
Puede que un festival lejano con cientos de adolescentes con las hormonas a flor de piel no sea el lugar perfecto para que un fan de un grupo de los 80 o los 90 disfrute de su regreso, pero igual el grupo no está siempre dispuesto a ofrecer otra cosa. Con todo lo que nos quejamos de que Primal Scream no realicen giras normales, ¿tendremos que dar las gracias a los festivales por ofrecernos shows que de otro modo ni siquiera se producirían y además invitar a grupos de prestigio sabiendo que el público que irá a verlos no será siempre precisamente el más numeroso?