Por si fuera poco un concierto de Sonic Youth en la capital, justo un día después repetían en formato quinteto, con Mark Ibold (Pavement) al bajo, dejándole libre esa tarea a Kim para que ella se dedicase un poco más a la guitarra en según qué canciones. Tal y como comentaron el lunes, este segundo concierto iba a tener como protagonista su más reciente lanzamiento, el sobresaliente ‘The Eternal‘, sacado a la venta el pasado año, y así fue. Comenzaron con ‘No Way’, y tocaron el disco prácticamente en su totalidad. Se lo pueden permitir, porque temas como ‘Sacred Trickster’, ‘What We Know’, ‘Massage The History’ o ‘Anti-Orgasm’ están a la altura de sus clásicos, y en un futuro deberían quedarse permanentemente en su repertorio.
Podrían haber interpretado alguna canción de otros de sus más recientes álbumes como ‘Rather Ripped‘ o ‘Sonic Nurse’, pero prefirieron optar por volver a sus clásicos más clásicos, como ‘(I Got A) Catholic Block’ o ‘The Sprawl’ o por repetir canciones de su actuación del día anterior, como ‘Cross The Breeze’ o ‘Death Valley ’69’ en los bises. De nuevo evitaron tocar temas archiconocidos como ‘Sugar Kane’, ‘Teen Age Riot’ y ‘The Diamond Sea’, y ni falta que hizo. El público volvió a pasárselo en grande, coreando y cantando las letras palabra por palabra en algunos casos, en un concierto que duró más, llegando casi a las dos horas, y en el que pareció que el grupo tenía más ganas si cabe de tocar, con un eufórico Thurston Moore que se quedó en el escenario cuando parecía que el concierto había terminado, alentando al público para que jaleara más y más, y que así volviese el resto para la última canción. Por favor, que no tarden mucho en volver. Dos días inolvidables. 9,5.