Quizá el problema de que estos grupos no se hagan tan famosos como otros de su misma procedencia es la utilización del catalán como lengua vehicular de sus canciones. Bien es cierto que se escucha, de forma generalizada, música en otros idiomas y muchas veces sin entender ni papa. Pero desgraciadamente, es esto lo que relega a grupos de gran calidad como Mishima a parecer una apuesta más regional que otra cosa, y el motivo por el que algunos prácticamente se niegan a darles una oportunidad.
Sin embargo, es bueno rascar más allá de la superficie. ‘Ordre i Aventura’ es precisamente un disco muy accesible. Un álbum que corre entre el preciosismo y la delicadeza de las melodías, los arreglos y los coros (‘Una cara bonica’, ‘En arribar la tardor’, ‘Deixa’m creure’); la fuerza de la percusión (‘Tot torna a començar’) e incluso coquetea con la distorsión (‘Només era una part de tu’, ‘Tornaràs a tremolar’).
Es de hecho esta última la que podría considerarse como uno de los mejores temas del álbum, especialmente por su letra. «Si no ha hi res etern / ni la resaca de dia / ni la botella de nit / els somriures forçats / els sanglots fingits / són com paraules al vent / malentensos passats / que arreglaràs qui sap quan / tornaràs a sentir / tornaràs a plorar / tornaràs a beure / tornaràs a viure / tornaràs a tremolar». Como era de prever, David Carabén sigue mezclando ese gusto por el costumbrismo y por los sentimientos que siempre ha sabido plasmar tan bien en casi todas sus composiciones, que además son prácticamente fugaces: muy pocas rebasan los tres minutos, y algunas de ellas ni siquiera alcanzan los dos minutos de duración.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Tornaràs a tremolar’, ‘Tot torna a començar’, ‘Només era una part de tu’.
Te gustará si te gustan: Manel, Antònia Font, el pop costumbrista.
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