Cuatro hombres y/o mujeres vestidos de lycra con lúgubres máscaras, capas y sombreros, que desarrollan espasmódicas coreografías para una música pseudo-industrial al estilo Nitzer Ebb, algo así como The Knife con Róisín Murphy como vocalista. Eso es We Are The World. Noquea y desconcierta, es absurdamente básico, bruto y zapatillero pero, al menos en su single ‘Clay Stones’, funciona divinamente.
Solo se sabe que son de Echo Park, Los Ángeles, que provienen de un grupo de baile llamado Fingered
y que High Places fueron sus principales valedores cuando les destacaron como una de sus bandas favoritas hace dos años. Acaban de publicar su primer disco en el sello de Chicks On Speed y dicen que sus directos son para quedarse con la boca abierta y hay vídeos (1 y 2) que lo atestiguan. Aún no sabemos decir si nos dan risa, miedo o gustico. O todo a la vez.