AZA modifica ligeramente los nombres de los personajes de ‘Perdidos’ y mantiene sus rasgos físicos más característicos. En su burla del guión, hecha naturalmente desde el cariño, hay alguna modificación antológica, como ese momento en el que Charlie, en lugar de escribirse en la mano el mensaje «Not Penny’s Boat» se escribe «Tengo el pene como un barco», pero es en la incorporación de elementos de la farándula española cuando consigue los episodios más hilarantes.
La relación de ‘Perdidos’ con Gran Hermano, que la hay, la aparición estelar de Carmen Russo en la isla haciendo de Rousseau o las referencias a ‘Sálvame’ alimentan un argumento a menudo imposible que ya era de por sí bastante ridiculizable. Esta cuarta entrega no contiene las mejores ocurrencias de Aza (quizá porque «Farenheit» y «Desiderio» aparecen demasiado y no son de los mejores personajes), pero la fidelidad de Carlos Azaustre al desarrollo de la serie nos hace esperar con ansia la quinta entrega, la de los viajes en el tiempo, y sobre todo la sexta: su forma de retratar el desenlace será tan imprescindible como la de la tele. 7.