‘Through The Devil Softly’ se convierte en un disco de buenas noches, del té digestivo después de cenar, del beso en la frente y del mañana será otro día. Menos folclórico y más melodioso, nos habla del bien y del mal, de espiritualidad, de los deseos que guardamos dentro. Con canciones de más de 4 minutos -salvo dos excepciones- el disco se puede llegar a hacer bastante tedioso si no es el momento adecuado para esa voz y esos arreglos de cuerda. ‘There’s a Willow’, con una duración de 5:07, se convierte en una delicia de efecto mecedora con unos arreglos de cuerda precisos y concisos y una percusión sutil y encantadora.
De lo mejor de todo el disco es la caja de música en ‘Sets The Blaze’ o ‘Blue Bird’, que nos habla de estar en la cuerda floja y de las dudas por las que en algún momento de nuestras vidas todos atravesamos. ‘Trouble’ es otro de los grandes temas con un ligero aire decadente y pinceladas de americana, e incluye ese momento cumbre en su letra con la asunción de que «el problema: soy yo». El vídeo para este tema está a la altura de la canción y se sitúa en la línea de siempre de Hope Sandoval que demuestra (sin innovar demasiado, eso sí) que sigue estando en buena forma.
El sonido del mar en ‘Satellite’ nos despide con la voz de Sandoval en lo-fi, nos deja preparados para respirar hondo. Hope Sandoval se convierte así en la mejor opción para parar la montaña rusa del día a día y pensar si nuestra rutina podría ser de otra manera.
Calificación: 6,75/10
Lo mejor: ‘Sets The Blaze’,’There’s A Willow’, ‘Trouble’, ‘Blue Bird’
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