La victoria de Alemania: justicia poética

Es un tanto inexplicable que Alemania ganara anoche el Festival de Eurovisión. Era nuestra canción favorita y de hecho contribuimos a que España le diera sus 12 puntos votando por sms, pero la puesta en escena de ‘Satellite’ fue la más austera de un tema ganador desde 2001. Son tiempos de crisis y casi ningún país tiró la casa por la ventana con su actuación, pero es que Lena ni siquiera bailó bien. Su victoria puede interpretarse de muchas formas: o simplemente gustó su naturalidad, o este vuelve a ser el festival de la canción o ‘Satellite’ es lo más parecido que sonó a un tema de Lily Allen o Duffy que puede triunfar en la calle en 2010 o, la opción menos probable, pero que más nos gusta, al fin se hace justicia con un país que lleva años aportando buenas canciones al festival sin ningún tipo de reconocimiento.


No estamos pensando en el numerito que montaron en 2009 con Dita von Teese ni en la canción del montón que llevó el grupo de chicas No Angels en 2008. Pero por ejemplo en 2007 Roger Cicero representó a Alemania con un tema jazz completamente anti-eurovisivo de estribillo desdibujado y difícil que no pudo pasar de un humillante 19º lugar a pesar de que estaba muy bien.

Un año antes, nuestros lectores más antiguos recordarán que defendimos a capa y espada ‘No No Never’ de Texas Lightning, un grupo que se dedicaba a hacer versiones country de temas famosos tipo ‘Like A Virgin’. Quedaron mal, en el puesto 14, a pesar de ser claramente la mejor canción de su año. Al menos vendieron de ella 450.000 copias en su país. En 2009 publicaron otro disco llamado ‘Western Bound’ que no les fue tan bien, aunque actualmente están de gira.

En 2004 Max acudió con ‘Can’t Wait Until Tonight’, una balada que no era una balada cualquiera. Tenía interesantes tintes de música negra, R&B, la melodía era preciosa y él la interpretó sentado en un taburete. Al final se crecía para volver a bajar. Por lo menos quedó bastante bien. Fue 8ª.

Entre esas pistas tan «eurovisivas» destaca el ‘Let’s Get Happy’ de Lou de 2003, una mariconada con todas las letras cuyo estribillo decía «let’s be gay». «Gay» como sinónimo de «alegre», se suponía. Quedó 11ª.

No entre nuestras favoritas, aunque imposible de ignorar estaba ‘Wadde hadde dudde da?’, de 2000, una canción disco con rap y bien de friquismo que les dejó quintos.

Durante los 80, Alemania consiguió quedar segunda en cuatro ocasiones, siendo la mejor de ellas el ‘Johnny Blue’ de Lena Valaitis.

Los 60 fueron desafortunados para este país, quedando últimos con cero puntos dos años seguidos: 1964 y 1965. ‘Anouschka’ de Inge Brück en 1967, a pesar de las cuerdecitas, no pudo ser más que 8ª.

La edición de 2010 es solamente la segunda que consigue ganar Alemania. La primera se produjo en 1982, a pesar de que el país había participado desde el principio en 1956. ‘Ein bißchen Frieden’ de Nicole ha terminado siendo un clásico del festival.

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JNSP