Chris Taylor, bajista de Grizzly Bear, no pintaba tanto en el debut de su propia banda, en principio proyecto en solitario de Edward Droste, pero ha terminado convertido en un miembro fundamental para entender su sonido si pensamos que ha resultado productor y que es solicitado por gente afín como Dirty Projectors. Estos, los mismos Fleet Foxes o los Morning Benders que han decidido también contar con él como productor de este segundo álbum, podrían conformar una pequeña corriente de bandas independientes americanas que se inspiran en los clásicos de los años 50 y los 60 (siendo Brian Wilson la referencia más obvia) para definir su estilo sin dejar de sonar actuales.
No es casualidad que The Morning Benders hayan versionado a Roy Orbison, y aunque en los juegos vocales prefieran las armonías soleadas a su gravedad, su mejor tema, ‘Excuses’, posiblemente sobre un encuentro sexual que termina en amistad («seguiremos siendo amigos cuando todo se reduzca a polvo», cantan entre varias referencias sexuales), la podía haber interpretado cualquier «crooner» clásico.
¿Qué encontramos en el disco después de ella? En primer lugar el segundo single ‘Promises’, en el que ya se anticipa que serán las guitarras eléctricas, de efectos ásperos y afilados, quienes mandarán en el álbum. Y es que aunque las letras de la banda sean tan abstractas como las de las mayoría de los grupos coetáneos citados (estamos pensando sobre todo en Fleet Foxes), se adivina cierta amargura y desencanto frente a la vida («No puedo evitar pensar que crecimos demasiado deprisa y sí, sé que la segunda parte no durará mucho más», cantan en este tema) y también cierta añoranza por el pasado («¿Qué ha sido de los amores fáciles que me venían dados, de manera tan natural?», en ‘Pleasure Sighs’).
‘Stitches’, que comienza como una balada y a medida que avanza, contiene mayor peso de esas guitarras de las que hablábamos, reincide en esa densidad armónica tan identificable con el sonido de Grizzly Bear, pero tampoco estamos ante un disco que suene especialmente atormentado. Hay momentos identificables como pop, como ‘All Day Day Light’, que nos recuerda por qué hubo un día en que The Morning Benders ejercieron de teloneros de Death Cab For Cutie, mientras que la final ‘Sleepin’ In’ hace honor a su nombre recordando a sus referentes más luminosos. En el equilibrio encontrado entre todas sus vertientes, a las que han sabido dar perfecta unidad, está el secreto de que su disco termine resultando tan bonito. Y posiblemente en la elección de ‘Excuses’ como single, el tema menos Grizzly Bear del álbum, la definición de su personalidad de cara al futuro.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Excuses’, ‘Promises’, ‘Stitches’
Te gustarán si te gustan: Grizzly Bear, Fleet Foxes, Richard Hawley
Escúchalo: en la web del grupo