La octava edición de ese formato incombustible que parece ser Operación Triunfo viene con cambios importantes. Además de confirmarse la vuelta de Nina como directora de la Academia, que se agradece dado el profundo hastío que sufre la audiencia provocado por los berridos de Ángel Llácer, la noticia que más llena de regocijo y alborozo es la incorporación de Marco da Silva como nuevo coreógrafo de los triunfitos.
Este bailarín y coreógrafo de nacionalidad germana y orígenes lusos comenzó haciendo de gogó en discotecas para acabar trabajando en el escenario con las reinas del pop más absolutas, siendo Britney, Madonna
y Kylie las más fulgurantes de entre dichas estrellas. De hecho, en ocasiones llega a robarles bastante foco en los conciertos, ya que podemos certificar que a veces nos ha costado dejar de clavar los ojos en él para centrarnos en la estrella principal.
Da Silva, además, en la actualidad también hace sus pinitos como DJ en fiestas en Ibiza, Barcelona, etc, porque le gusta más España que a un tonto un lápiz. Vamos, que de aquí a unos meses si no quieres verle más te vale cambiarte de país porque va a estar hasta en la sopa.