Carrero Bianco: Fueron una de las sorpresas del FDN, y aquí volvieron a presentar su candidatura a ser la próxima gran aportación que haga Galicia al indie patrio. Versión mesiánico-festiva de Triángulo de Amor Bizarro (de hecho Blas Bianco fue un TAB, y los propios Isa y Rodrigo estaban entre el público), Carrero Bianco cuentan su repertorio por hits en potencia (‘Muévelo’, ‘Eres un misil’, ‘Árdeme o eixe’…). Su futuro es tan brillante que tendremos que usar gafas de sol.
Polock: Contradiciendo a todos esos comentaristas de JNSP que dicen que Polock suenan lamentablemente mal, diré que su directo en Vigo sonó bien y gustó al público que reunieron. Dándoles la razón a esas mismas personas, diré que sus canciones, más allá del segundo 0:20, pierden el poco interés que tienen, casi siempre motivado por parecer versiones de…
Eladio y Los Seres Queridos: El líder de esta banda viguesa se llama Eladio, y por eso ahora el grupo no se llama Elodio y Los Seres Queridos, nombre bajo el que sacaron su único trabajo, ‘Esto que tienes delante’. Lo explica en directo, para que nadie piense que el cartel contiene una errata (que sí la tiene, pero es otra). Pop seriote, adulto, irónico y ochentero, pero simplemente correcto.
The Divine Comedy: Neil Hannon saltó al escenario con maletín negro y bombín, se sentó al piano y ofreció un recital difícil de olvidar y de resumir en unas líneas. Presentó su ‘Bang Goes the Knighthood
‘. Tamborileó el comienzo del ‘Blue Monday’ en el micro. Dedicó clásicos celebradísimos por el público (‘Tonight We Fly’, ‘Everybody Knows (Except You)’, ‘Our Mutual Friend’…). Coordinó las palmas de un público gallego incapaz de hacerlo por sí solo (lo llevamos en los genes…) Hizo una deliciosa cover de ‘Time to Pretend’ de MGMT. Encuestó a los presentes, a mano alzada, sobre con qué instrumento seguir tocando. Y todo ello con la mirada desviada hacia la puesta de sol sobre la ría de Vigo que, cuentan, se sentó a ver en el muelle con una copa de vino en la mano tras el concierto. Delicioso e inolvidable.The Morning Benders: Primera vez en España de los californianos que tocaron en el momento y el lugar ideal para su pop melancólico: la puesta de sol con el mar a los pies. Son insultantemente jóvenes y tienen muchísimo talento, que demuestran en directo dando más recorrido a esos temazos del ‘Big Echo‘ que son ‘Excuses’, ‘Hands Me Down’ o ‘All Day Day Light’. Su cantante buscó incansablemente la complicidad del público y dedicó una fantástica cover de ‘Ceremony’ a un anónimo con camiseta de Joy Division.
Orbital: El techno no es lo mío, pero eso no me impidió disfrutar y bailar con la sesión de los hermanos de Hartnoll, que salieron indemnes de algún que otro problema técnico. Repasaron grandes éxitos de sus 20 años de carrera, como el celebradísimo ‘Chime’, ‘Belfast’, ‘Doctor Who’ o ‘Satan’, apoyados en una acertada y efectiva puesta en escena. Sin embargo, decepcionaron a algún fan que, sin gusto o con sorna, pedía a gritos que hicieran “la del Santo”. Lo que sí hubo fue mucha morriña de Sónar Galicia.
Fischerspooner: Casey Spooner sacó a una dj a pinchar unos temas mientras él revisaba su correo y jugaba al solitario en su ordenador. De vez en cuando arengaba al público cual tombolero siglo XXI y cantaba entrando siempre a destiempo, incluso cuando era con playback. De esta manera, destrozó ‘Never Win’, ‘Just Let Go’ y ‘Emerge’. Las mejores remezclas las hizo a base de whiskey y champán bebidos a morro de sendas botellas. Y a todo esto lo llama Fun Machine. Yo lo hubiera llamado Espectáculo Lamentable.
Caino (Arkestra) & Zinqin Visuals: Hubo desbandada general con esta propuesta de dubstep que llegaba desde Vigo, pero quienes se quedaron al menos a su inicio pudieron responder a la pregunta de qué pintaba un oso panda bailando en la primera fila de los conciertos de Neil Hannon y The Morning Benders. No era promoción de Papá Topo, como pensamos muchos, sino parte del acompañamiento visual de Caino. Que se lo apunten los de Elefant.