FIB Heineken 2010: jueves

El recinto del FIB Heineken presenta importantes novedades frente a las ediciones anteriores. Aunque la asistencia este año será menor (un tercio menos según El País, suponemos que rondando las 30.000 personas), la disposición es bastante diferente a la habitual, ahora con 3 escenarios al aire libre, ninguno cubierto y… ¡¡¡¡dos atracciones de feria!!!! Hemos vuelto a comprobar que el 60% de los asistentes son británicos, ya hemos visto un hombre íntegramente desnudo paseándose por ahí sin recibir descargas eléctricas como sucede en EE.UU ni nada (¿por qué siempre la enseña el que la tiene más pequeña?) y ya hemos asistido a la primera lista de sorpresas y pequeñas decepciones.


El Hijo: No logró El Hijo concentrar a tanta gente como el año pasado Nacho Vegas en el Escenario Fiberfib, quizá porque el atractivo de su propuesta reside demasiado en las letras y en los detalles pequeños. Aun así, y a pesar de un desagradable problema de sonido que se repetió unas cinco veces, su concierto fue de lo mejor que se vio en esta primera jornada. En formato cuarteto se concentraron lógicamente en presentar las canciones de ‘Madrileña’ y temas como ‘Siempre ella’, ‘A Belén’, ‘Los naranjos’, ‘El hada de los dulces’, ‘Llama, carbón, nube, vapor’ y hacia el final ‘Balada baladí’ cautivaron tanto o más que en disco.

Charlotte Gainsbourg: Aunque Charlotte no apareció despampanante porque el exceso nunca será su gracia como tampoco lo fue de su madre, por supuesto no descuidó la estética y se presentó en el Escenario Verde con una vistosa guitarrista femenina, un guapo batería encorbatado y pantalones de cuero. Su set, que sonaba excelente de lejos y algo más bajo de cerca (sobre todo en cuanto a su voz), estuvo protagonizado por temas del notable ‘IRM‘ como ‘Heaven Can Wait’ o ‘Le chat du Café des Artistes’. Charlotte, que no bailó y sólo al final se atrevió a deshacerse del pie de micro, dijo que estaba encantada de haber podido trabajar con Beck, pero que también estaba muy orgullosa de su padre. Así, sonaron un par de versiones de Serge: ‘L’Hôtel Particulier’ y ‘Couleur Café’, con la que terminó el set en plan latino.

Love of Lesbian: La actuación de Love of Lesbian prácticamente arrasó entre el público nacional del festival. Santi Balmes supo animar al público, que coreaba todas y cada una de las canciones con verdadera devoción. De hecho, fue un concierto de hits en el que no faltó ‘Allí donde solíamos gritar’, que cantaron al principio, algo que lejos de desanimar a los asistentes, provocó lanzamiento de minis por los aires y alegría generalizada. Balmes agradeció a los Fibers haber elegido el escenario Fiberfib «democráticamente», en lugar de estar viendo a Ray Davies.

Ray Davies: El líder de los Kinks apareció sobre el escenario tras una intro más propia de la Europa continental que de las islas. Pero todo lo demás fue de lo más británico, un hit after hit digno de la Vía Láctea de lo más idóneo para bailar y celebrar con la cerveza en la mano. Sonaron ‘I’m Not Like Everybody Else’, ‘Victoria’, ‘You Really Got Me’, ‘Lola’, ‘Where Have All the Good Times Gone’ o ‘The Tourist’, muy apropiadamente dedicada a las masas británicas. Cuando parecía que había terminado con ellas, Ray recuperaba un nuevo estribillo llevando a la gente al delirio. Y lo mejor es que estaba de un humor excelente, encantado de estar con nosotros. Alguien le lanzó un artilugio de feria fluorescente y Ray lo pilló al vuelo. He really got it! Un ejemplo vivo de que la música de hace cuatro o cinco décadas puede seguir conquistando a las nuevas generaciones y otro de los conciertos míticos del Verde para la historia.

Dirty Projectors: Comenzaron su show con un punto de intimismo propiciado por los escasos asistentes al escenario Eastpack, algo que se debía, fundamentalmente, al conciertazo que estaba dando Ray Davies en ese mismo momento, y que tenía al público del FIB prácticamente obnubilado. No ayudó mucho que no dejaran ‘Stillness Is The Move’ para el final ni el carácter desestructurado y medio experimental de sus temas. Su propuesta es singular y el juego de voces y guitarra eléctrica tuvo su gracia, aunque el conjunto sonó un poco menos soul y excitante de lo esperado. Cuando al final hicieron ‘Bitte Orca’ quedábamos cuatro gatos. Seguramente se les habría entendido mejor en el Primavera Sound.

Kasabian: Kasabian dieron el típico concierto para el público británico que abarrota el festival. De un lado los turistas y fans del pop indie-comercial de este país cantando todo en plena comunión, lanzando minis y más minis al aire, y de otro la gente a la que no le suenan de nada esas canciones porque no son precisamente las que aquí ponen en la radio, dando alguna que otra cabezada y echando mucho de menos los sets vistos en el mismo escenario de Oasis y Primal Scream.

Broken Bells: Lo más dramático para Broken Bells fue la hora a la que estaban programados, las 3 de la mañana, momento en el que en otras carpas ya se partía el bakalao (lo de Scratch Perverters ya fue de bailar de lo lindo). El Escenario Verde sirvió de cobijo para la banda americana, que fue desgranando grandes ejemplos de pop cósmico y fascinante, aunque la afluencia de público fuese bastante menor que en otros conciertos del mismo escenario. Por suerte, supieron resolver el directo con repertorio propio y alguna versión como la preciosa ‘You Really Got A Hold On Me’, perfecta para su sonido y, al final, los asistentes se marcharon más que satisfechos, e incluso pidiendo un bis que no se produjo. Farala, Sebas.

Foto: Fiberfib.

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