Según cuentan en La Voz de Galicia, el concierto de Diana Krall con motivo de los fastos de Xacobeo, dejaron al público asistente con muy mal sabor de boca. Emperrada en que nadie excepto los periodistas tomase fotos del directo, la Krall pidió al equipo de reproducción que revisase los móviles de los asistentes y borrasen las fotos tomadas durante su actuación.
En el periódico no lo dejan muy claro, pero imaginamos que no se trató de los móviles de todos los asistentes (hubiese sido una locura) sino que habría varias personas vigilando y, cuando alguien en el público sacara un teléfono o una cámara, revisarían el dispositivo en cuestión.
No obstante, ¿no bastaba con avisar antes del concierto de que no se permitían fotografías? ¿Hasta cuándo va a durar la (tontísima) persecución de las cámaras en los conciertos? Porque mira que a veces molesta ver a tu banda favorita en un mar de cámaras, pero esto ya es pasarse un poco…
[Gracias a Risingson por el aviso]