¿Qué esperas de este disco?
Es difícil decirlo porque lo acabé hace casi un año. Lo estuve escuchando anoche y me pareció tan viejo y nuevo al mismo tiempo… Creo que es un desarrollo del primero. Este va en muchas más direcciones, tiene muchos más instrumentos, es más explosivo, está menos concentrado. Espero que guste, por supuesto.
Ahora que estás en One Little Indian, ¿crees que te harás más famosa?
Ahora tengo más oportunidades, lo cual es muy bueno. Para mí sí es importante poder salir de gira, que la gente te conozca. Me encanta tocar, me siento en casa cuando estoy en el escenario. El escenario es uno de los lugares del mundo en que todo tiene más sentido para mí.
¿La música que haces la ves para sitios muy reducidos o te sientes igual de a gusto en escenarios grandes?
Es para circunstancias más calmadas, como clubs, sí. Pero también es un desafío tocar en festivales, en sitios grandes. Lleva tiempo hacerse a ellos, pero ya he tocado en lugares abiertos bastante grandes.
Bueno, has tocado con Múm, ¿no?
Sí, bueno, pero ya no. Sobre todo trabajamos juntos en directo desde 2002 hasta 2007 más o menos y también toqué en un disco suyo.
¿Qué pasó?
Bueno, yo estaba centrada en mi propia música y ellos tenían también una banda muy buena. Yo no era miembro de la banda, simplemente colaboraba, ya sabes que los colaboradores vienen y van. Fue muy positivo para mí porque me permitió conocer diferentes tipos de recinto. Antes de ellos no sabía lo que quería decir la palabra «venue» (Nota del editor: «recinto para conciertos»).
¿Por qué el disco nuevo tarda tanto en salir si dices que lleva tanto acabado?
El primer disco salió en diciembre en Estados Unidos y en enero en Reino Unido, así que pensamos en dejar un espacio intermedio, aunque en realidad era de 2007. Ahora no es como antes en los noventa, cuando tenías que conseguir un contrato y editar lo que tenías corriendo. Ahora puedes estar a lo tuyo, conseguir tus colaboradores desde tu independencia. Así que me llevó mi tiempo conseguir todo tal y como lo quería. Quería ser muy cuidadosa con todos los detalles sobre el lanzamiento, como quién colaboraba en el disco y demás.
¿Quién canta en ‘Crazy Car’?
Se llama Ragnar Kjartansson. Es un artista visual, aunque también ha estado en varias bandas islandesas. Él escribió la letra de este tema conmigo y su mujer hizo todo el diseño del nuevo disco.
Tu música es bastante visual, como llevándote a diferentes lugares. ¿Cuidas mucho el aspecto visual?
¿Tú también experimentas esto? Eso está genial. Cuando empecé a trabajar habitualmente con la artista Asdís Sif Gunnarsdóttir la idea era poder visualizar la música, hacer un diálogo. Queríamos hacer performance que tuviera de teatro, de mi música en directo y así explorar nuevos terrenos en el arte de la performance.
¿Y la colaboración con Björk, cómo pasó? ¿O estás harta de que todo el mundo te pregunte?
Es verdad. Todo el mundo te pregunta (risas). Éramos amigas y cuando terminé el disco, fui a verla, le enseñé el disco y me dio unos cuantos consejos. A ella le gustaba mucho en particular esta canción, ‘Surrender’, le gustó mucho la progresión de acordes y me dijo que una melodía le había venido sola. Finalmente, cuando ella estaba en Puerto Rico y yo estaba en Islandia, me envió una grabación de lo que había hecho. Fue muy rápido.
Quizá en el futuro la gente te pregunte menos por Björk, pero la verdad es que el disco aún ni ha salido.
¿De qué va la canción ‘Madrid’?
Sólo he estado una vez aquí. Esta es la segunda vez. La canción es sobre el fin de una relación en lo que yo estaba involucrada. Es sobre romper en Madrid (risas).
Hay letras que no entiendo, ¿el disco es conceptual o cada tema habla de una cosa?
Diría que es menos un concepto que el primer disco porque fue hecho durante un período muy largo de tiempo. Los colaboradores estaban ocupados con sus propios trabajos. Había como dieciocho canciones hechas y había temas más conceptuales, más producidos, con significados más intelectuales y enrevesados. Finalmente las canciones que están en este disco tienen un significado más emocional. Lo que tienen en común este disco y el primero es el modo de trabajo. Parto de una grabación en una cinta con mi voz y mi guitarra, no las grabo por separado. Puedes tener una grabación digital o añadir capas por aquí o por allí, pero para mí lo importante es conseguir una buena grabación de gente tocando a la vez.
¿Por qué utilizas indistintamente el islandés o el inglés?
No mezclo idiomas premeditamente. Cuando hago conciertos fuera de Islandia, aunque la gente no hable mi idioma, creo que la gente entiende lo que quiero decir. Pero también a veces hago versiones en inglés y me gusta también ese tipo de experiencia, cuando la gente se sabe las letras. Así que mezclo idiomas por razones de «performance». No es que piense «voy a hacer este tema en inglés» para llegar a más público, sino que disfruto mucho de ambos tipos de experiencia en directo.
La primera canción del disco va bien cargada de «la la las» y la gente la podrá cantar de todas formas.
Sí, eso es muy universal, ¿no? (risas). Lo que quiero hacer en el escenario es conseguir una reacción del público, no soy sólo yo. Yo no puedo tocar si la gente no está atendiendo y por otro lado la gente no te va a escuchar si no eres comunicativa.
En España no escuchamos mucho los conciertos. La gente no para de hablar, en general.
¿Lo dices como algo bueno o como algo malo?
Malo. A veces no dejan oír el concierto.
Yo en ese caso también lo disfruto, es un interesante desafío. Puedes centrarte más en la gente que sí está escuchando. Toco en muchos sitios diferentes y voy a lo mío. No me preocupa mucho si hay gente que habla. Mi concierto favorito es el que empieza con el público distraído y tienes que encontrar el modo en que te presten atención.
Tu estilo a veces es próximo a Joanna Newsom, pero las canciones son mucho más cortas y el disco también. ¿Era importante para ti hacer un disco que en tu estilo resultara ligero?
Creo que estas son las canciones que llegaron al disco, sin más. Las ideas que tenía al principio quería convertirlas en canción y que formaran un todo. Cuando lo escucho, no creo que en ese momento tuviera más que decir. Decidí parar cuando vi que no tenía más que decir. Quizá en el futuro tendré la suerte de tener muchísimo más que decir y el disco que haga sea mucho más largo.