Tachenko: Por razones que desconocemos intercambiaron su lugar en el cartel del festival con The Right Ons, que actuarían el viernes en lugar del jueves como estaba previsto. Con mucha más contundencia en su directo que en sus discos, los zaragozanos dieron un repaso a su último álbum donde destacaron ‘Compañeros del metal’, ‘Escapatoria’ o ‘El respland’or’ y no olvidaron clásicos como ‘Amable’ o ‘Afganistán’.
Shuarma: Este festival, como siempre (aunque este año ha estado más centradito en un público más homogéneo), tiene un cartel de lo más ecléctico. Entre las rarezas, este año estaba Shuarma, el proyecto en solitario del que fuera líder de Elefantes. Shuarma, con su característico histrionismo sobre el escenario, dio una vuelta a su recién estrenado último álbum ‘El poder de lo frágil’ con temas como ‘Otra ráfaga de luz‘. Por supuesto, deleitó a los asistentes con su mítico ‘Azul‘ que, quién más o quién menos, se sabe y así pudimos hacer todos un poco de karaoke party
, que también tiene su aquel.Arizona Baby: Después de su paso el pasado año en los conciertos matinales, se ganaron a pulso su presencia en el escenario Ribera del Duero. Los de Pucela dieron otro más de sus conciertos, sin nada particularmente destacable, pero con un sonido pulcro dentro de su habitual sencillez instrumental. Javier Vielba, el Meister, se mostró divertido (con su botella de Ribera en la mano) intentando trasmitir sus ganas de pasarlo bien y de incluir a todo el público en su fiesta. Sonaron potentes ‘Shiralee’, ‘Ouch’ o ‘A Tale Of The West’.
Vinila von Bismark & The Lucky Dados: ¿Os acordáis de esas actuaciones de varietés que iban por los pueblos y los abuelillos se alegraban la vista con carne femenina real y no lo que veían en las revistas o la tele? Pues el espectáculo de Vinila von Bismark y los suyos es más o menos eso, pero con aspiraciones a llegar a un público serio entendido en R&R. Con esta mezcla podrían alcanzar la gloria, pero lo cierto es que al final no. El nivelazo del contrabajista y el baterista de los Lucky Dados compensa cualquier otra carencia del show. Pero cuesta perdonar el constante uso de muletillas en inglés totalmente innecesarias o el que no se sepan la letra de la genial ‘These Boots Are Made For Walking’ (la salvó Javier Vielba de Arizona Baby aportando una estrofa de su particular adaptación). Les cortaron en mitad de una canción, de manera bastante brusca, pero ya estaban avisados de que debían terminar y no hicieron demasiado caso. Es posible que todo mejorara con un poco menos de enseñar pechuga y arrastrarse por el suelo y más de buscar la coherencia total de ese directo.
Loquillo: Se hacía tarde y el frío de las noches burgalesas de agosto se hacía patente en el recinto del Sonorama (¡vivan los forros polares!). Loquillo, a pesar de los años (que sí, se le notan) mantuvo en pie su mítico tupé y, por supuesto, a los asistentes. El clásico del cartel, después de treinta años de carrera, podría dar cierta pereza en un primer momento. Pero cuando empiezan a sonar los clásicos y escuchas frases como «tu madre no lo dice, no, pero me mira mal» pues piensas en lo que mola el verano y que aún te quedan dos días enteros de festival y aplaudes a Loquillo como si no hubiera un mañana.