Esta nueva faceta se deja ver desde el principio. ‘It Began In Hässleholm’, inusualmente cantada en inglés, se convierte en la introducción del álbum, y recuerda en parte a la introducción de Whitey en su último ‘Canned Laughter’. Una canción repetitiva que atrapa desde el primer momento pero que resulta completamente ajena a lo que nos tiene acostumbrados, y un final prácticamente atípico certifican que ‘Mänskligheten’ no va a ser más de lo mismo.
En la misma línea, aparecen a lo largo del disco otras canciones muy similares. ‘Mitt Bästa’ se convierte en el mejor tema, con unas voces y unos coros que recuerdan fuertemente a la época de «las cantaditas» en España y finaliza con un despliegue electrónico muy potente. Como ya hiciesen Scissor Sisters en ‘Invisible Light’, la pista aúna varios estilos diferenciados sin que ninguno de ellos esté incómodo entre los demás.
En este mismo estilo encontramos, hacia el final del álbum, ‘Der Var Jag’ o incluso un coqueteo que se mueve entre el dubstep y el minimal como es ‘Vems Lilla Hjärta Flyger’, que le queda bastante curioso. El final del álbum se convierte así en una sucesión de experimentos que Familjen salva bastante bien, excepto por la étnica ‘Bethnahrin’, que no termina de convencer del todo como cierre.
Pero el sueco no se ha olvidado en absoluto de que sus mejores momentos en el último álbum vinieron de la mano del pop. Es por ello que ha construido canciones bailables y pegadizas (aunque no tengas ni papa de sueco). ‘När Planeterna Stannat’ no es, ni de lejos, la mitad de pegadiza que el single anterior, pero funcionan perfectamente canciones más light (‘Djungelns Lag, la instrumental ‘Viggo’) para entrar en este disco, que es más complicado que ‘Det Snurrar I Min Skalle’.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘It Began In Hässleholm’, ‘Vems Lilla Hjärta Flyger’, ‘Mitt Bästa’.
Te gustará si te gustan: El último de Whitey, probablemente. Bailar en la carpa techno del FIB y correr hacia la carpa pop cuando oyes una canción que te gusta.
Escúchalo: en Spotify.