‘The Runaways’, biopic sobre la banda de punk-rock femenina del mismo nombre, es una biografía autorizada en toda regla. Por un lado está basada en el libro ‘Neon Angel: the Cherie Currie Story’, autobiografía de la vocalista del grupo, Cherie Currie. Por otro, la guitarrista y compositora de la banda, Joan Jett, es la productora ejecutiva del filme. Otras “miembras” del grupo, como Lita Ford (guitarra) y Jackie Fox (bajo), no están de acuerdo con la película, pero no por motivos morales o intelectuales, sino crematísticos: no llegaron a un acuerdo sobre la venta de los derechos de su historia.
El resultado es el esperado: una sucesión de episodios que describen el fulgurante ascenso y caída de la banda, con greatest hits de fondo y textos finales a modo de “qué fue de…”. Sexo (poco, pudoroso y lésbico-chic), drogas (más, pero sin pinchazos ni nada demasiado sórdido, todo nasal y oral) y rock and roll (mucho y bueno). Punk profiláctico convenientemente domesticado y adaptado para los fans de las dos protagonistas: la inexpresiva pero pintona Kristen Stewart y una poderosa Dakota Fanning dándolo todo en las actuaciones musicales.
La reputada y oscura videoclipera Floria Sigismondi -famosa por su imitado vídeo para Marilyn Manson ‘The Beautiful People’- sale más o menos airosa de su debut cinematográfico, narrando de forma convencional pero efectiva la historia del grupo, criticando (y caricaturizando) la industria musical (el manager Kim Fowley es el malo, claro), y demostrando garra y talento visual en los números musicales, en especial el vigoroso momentazo ‘Cherry Bomb’. 6.