Según los autores del estudio, Nick Neave y Kristofor McCarty, los movimientos «pueden emitir señales al sexo contrario sobre la calidad reproductiva de ese hombre, en términos de salud, vigor o fuerza».
Y lo bueno viene ahora. Un ilustrativo vídeo sirve para distinguir a un buen de un mal bailarín. No damos crédito.
Por supuesto los montajes ya circulan por Youtube y hay quien ha puesto a bailar a este muñeco a quien ya sabéis.