La expectación creada en torno al nuevo lanzamiento ha sido considerable, gracias a la interesante labor de promoción, parecida a la llevada a cabo con el último disco de los Bad Seeds, es decir, la producción de unos apocalípticos y surrealistas vídeos con mensajes que forman parte de la letra de uno de los temas del álbum, más concretamente del single, ‘Heathen Child’. Los cortes que la preceden parecen indicar que esta vez sí están intentando recorrer un camino propio. La incendiaria e inicial ‘Mickey Mouse And The Goodbye Man’ toma de referencia los ritmos más contundentes y la guitarra (con wah) aguda y sucia del primer disco, y la segunda, ‘Worm Tamer’, dirigida por el bajo de Martyn P. Casey, suena muy industrial, un poco al estilo de Einstürzende Neubauten, la banda del ex Bad Seeds Blixa Bargeld.
Nick proclama la llegada de una diosa (la endemoniada chica de la portada) vengativa en ‘Heathen Child’, de nuevo con un importante peso por parte del bajo de Martyn. Es un boogie marciano, como si a Liars les propusiesen hacer una versión de Bo Diddley. Vuelven por terrenos familiares en ‘When My Baby Comes’ (su comienzo podría recordar vagamente a ‘Night Of The Lotus Eaters’ de ‘Dig, Lazarus, Dig!!!’), en ‘Evil’, o, especialmente, en ‘Palaces Of Moctezuma’ (muy gospel), pero cada vez con una personalidad más propia, que se traduce en maneras más agresivas o experimentales. Se nota que Cave, Casey, Warren Ellis y Jim Sclavunos han dedicado un tiempo a trabajar fuera de la gran familia con la probable intención de que Grinderman sea una entidad independiente y poseedora de grandes canciones, que es lo más importante.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Heathen Child’, ‘Mickey Mouse And The Goodbye Man’, ‘Worm Tamer’, ‘Evil’.
Te gustará si te gustan: Nick Cave & The Bad Seeds, The Dead Weather, Liars
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