En este tercer trabajo, el cuarteto (parece que Harry Harrison, padre de Blaine -principal compositor de la banda-, ha dejado de participar) se presenta decidido a ir a por todas y explotar todo el potencial comercial de su inclasificable pop de marcado carácter británico. Pese a un arranque algo patoso (el teclado inicial de ‘It’s Too Late To Talk’ solo puede entenderse como una broma), a partir del single ‘Flash A Hungry Smile’ (o como sacar petróleo de un silbido) se inicia una alocada carrera de pop poderoso y resultón, combinando sin descanso infecciosos riffs de teclado y guitarrazos al servicio de estribillos de lo más pintones, que el veterano productor Chris Thomas ha sabido dotar del punto exacto de épica.
Los Jets han sabido sintetizar el pop-rock británico más divertido de las últimas décadas como solo saben hacerlo algunos grupos suecos (pienso en Shout Out Louds o The Mary Onettes) y, por qué no, alguno español (Ellos podrían colar en su repertorio ‘Show Me The Light’ o ‘Dreaming of Another World’ sin ningún problema). Asombrosamente, ‘Serotonin’, ‘Lady Grey’, ‘Waiting On A Miracle’ o ‘Melt’ se suceden ofreciendo diversión y sonrisas complices sin pedir nada más a cambio que un poquito de atención. Ajenos a hypes y poses, Mystery Jets han entregado por fin el disco que se esperaba de ellos, un disco bonito y sencillo, imperfecto, pero divertido y de calidad. Buen pop.
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘Flash A Hungry Smile’, ‘Show me The Light’, ‘Lady Grey’
Te gustará si te gusta: Ellos, Shout Out Louds
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