‘Sherlock’, el detective que vino del pasado

Hace un par de días, uno de los miembros de JENESAISPOP comentó en un e-mail que esperaba que España no pusiese de moda las series de televisión con capítulos de 70 minutos como estándar internacional. Y este es el principal motivo por el que la crítica de ‘Sherlock’, la serie de la BBC, se nos ha retrasado unos meses: porque a pesar de las recomendaciones y las buenísimas críticas, hay que tenerlo muy claro para meterse 90 minutos entre pecho y espalda. La cuestión es que en tres capítulos de hora y media cada uno, los británicos se han ventilado la primera temporada de ‘Sherlock’. ¿No es eso acaso tener más espíritu de TV movie que de serie tal y como la conocemos? Sin embargo, lo más interesante son las pasiones que ha levantado la producción, que en principio parecía abocada al fracaso (el piloto no llegó ni a emitirse).


Como la curiosidad puede más que la pereza, al final parece que la BBC probó suerte, y les salió bien la jugada. Y lo mismo pasó con el que suscribe, que una vez comenzado el primer capítulo le faltó darse de cabezazos contra la pared por no haber pillado esta serie en su momento (entre julio y agosto de este mismo año) y haber esperado dos meses y medio para verla. La adaptación televisiva de Sherlock Holmes, el fascinante personaje salido de la pluma de Arthur Conan Doyle, es poco menos que una obra de arte. No solo porque televisivamente sabe lidiar con el formato, sino porque la adaptación ha conllevado abandonar el Londres victoriano y trasladar la propuesta al Londres actual, algo que se nos antoja harto difícil. ¿Cómo va a encajar un tipo que fuma en pipa en el siglo XXI?

La solución era elemental, querido Watson. Sherlock Holmes no fuma en pipa, se pone parches de nicotina. Porque le ayudan a pensar, y porque continuar con el hábito del tabaquismo en el Londres actual es poco menos que un suplicio. Además, se comunica a través de SMS, usa el GPS, lee información en Internet y todo esto se presenta de una forma muy atractiva en la pantalla

, convirtiéndolo en una parte importante que nos ayuda a entender la historia. Por si todo esto fuera poco, la pareja de investigadores no tarda en encontrarse con las primeras insinuaciones de homosexualidad. Y es que, si te pones a pensarlo, ya en su tiempo la historia de Holmes y Watson era bastante filogay.

El Siglo XXI se revela, por tanto, como el momento ideal para un héroe irreverente y tan poco ortodoxo como Sherlock Holmes. El trabajo del inquietante Benedict Cumberbacht como personaje principal es tan fino que, de hecho, hay que mantenerse permanentemente alerta para no perderse en sus parlamentos, que pasan a una velocidad de vértigo por la pantalla. El Dr. Watson también ha sido actualizado (ahora tiene un blog y síndrome postraumático) y Martin Freeman, al que se le reconoce por trabajos en ‘Love Actually’ y ‘The Office’, encaja perfectamente en su rol de acompañante. Incluso el Londres actual sigue resultando suficientemente húmedo y oscuro como para contar una historia de estas características.

Steven Moffat y Mark Gatiss, creadores del invento, ya tenían experiencia en esto, tras la adaptación de ‘Jekyll’. Y les ha salido tan bien en este caso que ‘Sherlock’ sorprende al espectador utilizando todos los datos que él creía irrelevantes para resolver un caso, con tanta facilidad, que te deja con ganas de más. Es por eso que la acogida ha sido magnífica, tanto que ya se ha editado en DVD y se prepara la segunda temporada de la serie. Aunque los británicos, como son tan dejados, no pretenden estrenarla hasta el otoño de 2011.

Calificación: 9/10
Destacamos: los momentos de humor británico. «Girlfriend? No, not really my area».
Te gustará si: el personaje de Grissom es lo que más te interesaba de ‘CSI’, la literatura victoriana es lo tuyo o siempre has soñado con ser detective privado.
Predictor: si la segunda temporada es tan buena como la primera, nos va a ganar ya definitivamente.

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Publicado por
Lolo Rodríguez