The Wave Pictures + El Hijo @ Teatro Lara

Quizá las numerosas visitas del grupo de Leicestershire a nuestro país terminen por hacer que un concierto suyo no sea un acontecimiento, pero deberíamos sentirnos afortunados porque The Wave Pictures son un grupo que brilla sobre todo en directo. Y su principal virtud es la naturalidad con que hacen las cosas (acierten o yerren). Todo lo que pasa en el escenario rezuma sentimiento, casi puede palparse lo felices que se encuentran sobre las tablas. Su show de anoche en el Teatro Lara quizá no fue del todo perfecto, en un escenario imponente (el coqueto y vetusto Lara) y quizá frío para su propuesta. El trío parecía a veces cansado, pero cuando están en escena una especie de energía flota permanentemente y, cuando surge la chispa, llega la magia: la que vivimos tras un espeluznante solo de guitarra de David Tattersall que, en medio de una sublime ‘Walk The Back Stairs Quiet’, arrancó un espontáneo aplauso del patio de butacas; o la que erizó el vello de los que aguardamos por un segundo bis (arañado a la organización) con una sentida, preciosa interpretación de ‘Blind Drunk’, extraída de ‘Susan Rode The Cyclone‘; o la que derrochó la cálida interpretación vocal del batería Jonny Helm en la preciosa ‘Sleepy Eye’ y la imprescindible (imposible cansarse de esa letra) ‘Now That You Are Pregnant’.


Rodeando a esos momentos inolvidables, Tattersall, Helm y Franic Rozicky no escatimaron en simpatía, con divertidas diserciones sobre Kasabian (por cuya existencia, como británicos, pidieron disculpas) y Shakespeare (que reconocieron como algo insoportable y sobrevalorado). Pese a un repertorio algo árido, quizá con demasiadas recuperaciones de temas anteriores a ‘Instant Coffee Baby’, respondieron siempre atentos a las peticiones más obvias con cortesía (‘Leave That Scene Behind’) o urgencia (‘I Love You Like A Madman’) e intercalaron alguna novedad (su próximo álbum se prevé para principios de 2011). Y sobre todo, volvió a destacar el talento instrumental de Tattersall con su guitarra, cuya creatividad y pasión nunca deja de asombrar. Todo un antihéroe de la guitarra. 7,7

Antes, El Hijo hicieron un pequeño set en el que Abel Hernández, junto a su banda, dio nuevas muestras de su inquietud como creador e intérprete, trasladando las canciones de sus dos álbumes al directo en versiones remozadas, a menudo casi irreconocibles. Introduciendo nuevos arreglos vocales (muy sixties, a lo Beach Boys, C.R.A.G., Los Ángeles…) y percusivos, las canciones de ‘Madrileña‘ suenan de nuevo sorprendentes (‘Llama, carbón, nube, vapor’), aunque no siempre funcionen mejor (‘La palmera’). Ese tratamiento redimensiona también algunos cortes de ‘Las otras vidas’ resultando, por ejemplo, en un nuevo ‘Vals de los besos’ deslumbrante. Aunque la mayor revelación de su repertorio es una mutante ‘Por Si Charlie Pace no pudo acabarla’ que resulta un momento clave del show. 7

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Publicado por
Raúl Guillén