Así es, más o menos, Fang Island, un quinteto de Brooklyn que nace como proyecto artístico para la Rhode Island School of Design (punto de encuentro también de Talking Heads o Les Savy Fav) y que tiene como objetivo prioritario alcanzar la apoteosis del buen rollo a través de la música. Ellos lo describen con insistencia en sus entrevistas como la búsqueda de un sentimiento similar a “todo el mundo chocando los cinco con todo el mundo”. Sí, es la misma premisa que nos hace sospechar si la escuchamos de boca de algún grupo mainstream. Pero ojo, que Fang Island se han ganado el favor de la crítica especializada, con nada menos que Pitchfork a la cabeza, y han sido teloneros de The Flaming Lips.
Su debut homónimo empieza (y acaba) con fuegos artificiales, predisponiendo ya a una escucha lúdica. Sin apenas descanso tras ‘Dreams of Dreams’, la instrumental ‘Careful Crossers’ marca camino, ritmo (que sólo decae en ‘Davey Crockett’) y señas de identidad del grupo: revival de rock clásico con guitarras de evocación heavy como elemento diferenciador. Se van sucediendo las canciones, sencillas, directas, llenas de guitarreo enérgico, de palmadas y juegos vocales, con melodías pegadizas pero tan cambiantes que son una sorpresa constante. No es muy difícil encontrarte silbando ‘Life Coach’ o ‘Daisy’ a las pocas escuchas pero, después de algunas más, sigue resultando imposible recordar ni un solo acorde de, por ejemplo, ‘The Illinois’.
Insisten: no hay más mensaje que la diversión. Por eso, las letras, si es que existen, se colocan en segundo plano y se reducen a tópicos de apología festiva con un excesivo recurso al “woooh” (“You can see the truth. You can see the way. Woooooh!” en ‘Life Coach’, “Love the love. Woooh!” en ‘Treeton’ o, rizando el rizo, “That’s whoah! Woooooh!” en ‘Daisy’). Y es precisamente esta preocupación por mostrarse despreocupados, esta contradicción al querer convertir lo simple en un conjunto de épicos himnos de la alegría, lo que me hace arrugar la nariz ante ‘Fang Island’ y lo que me impide pegar botes sin control como los niños del vídeo que empujan al que se está quieto.
Con todo, es una propuesta interesante y a la que habrá que seguir la pista en un futuro, donde resolveremos la duda de si estamos realmente ante el comienzo de algo grande o ante un puñado de buenas canciones que mañana, una vez pasado el momento de subidón, muy poca gente recordará.
Calificación: 6,5/10
Lo mejor: ‘Daisy’, ‘Carefull Crosses’, ‘Life Coach’.
Te gustará si: aún guardas en el armario las camisetas de tu adolescencia heavy
Escúchalo: Spotify, Bandcamp