M.I.A. entre la muchedumbre en La Riviera

M.I.A. actuó anoche por primera vez en Madrid, irónicamente en un día tan político como el de la celebración de la Constitución española. De manera más graciosa todavía, la cantante llega hoy a Barcelona, donde actuará coincidiendo en día y hora con Lady Gaga. Stefani Joanne Angelina Germanotta, que tiene 11 años menos, actúa en un recinto infinitamente más grande, con todo agotado desde hace meses y se llevará todos los titulares de los telediarios mañana, pero siempre supimos que la revolución no sería televisada.


En estos últimos cinco años, M.I.A. ha tenido tiempo de convertirse en una improbable reina del pop. El carácter combativo de su música, la valentía de sus letras y, sobre todo, la enorme potencia de sus sencillos la han llevado a conseguir un single multiplatino en Estados Unidos (‘Paper Planes’) y algún número 1 del año en revistas especializadas tan exigentes como Rockdelux. Quizá porque ha estado en el punto de mira de todo el mundo y ha terminado convertida en multimillonaria, muchos, con el New York Times al frente o su ex, en todos los sentidos de la palabra, Diplo, han cuestionado su autenticidad. ‘/\/\ /\ Y /\‘ no es el mejor disco de su carrera, pero como decía mi compañero Raúl en la crítica de JENESAISPOP «posee el valor extra de esas obras honestas en las que un artista se muestra humano, tan frágil como cualquiera de sus oyentes».

La M.I.A. que ayer vimos en La Riviera es la M.I.A. que hemos imaginado en todos estos años a partir de sus canciones, sus declaraciones y sus vídeos: un pequeño desastre en algunas cosas, pero la puta ama cuando se pone a serlo. El concierto estaba anunciado a las 21.30. A esa hora, una DJ que muchos creían ella misma, comenzaba una sesión entre el dubstep, el jungle y el house que a unos confundió pero otros utilizaron como calentamiento para la salvajada que se avecinaba. A los 20 minutos comenzaron a sonar las reflexiones sobre Facebook, Google y el gobierno de ‘The Message’, mientras las arrobas en forma de planta comenzaban a iluminarse sobre el escenario y aparecía Maya.

Es una pena que el sonido del show no destacara precisamente por su claridad. La voz de M.I.A. era a menudo inaudible y las bases no llegaron a brillar casi en ninguno de los temas. Sin embargo, el volumen era lo suficientemente contundente como para que las dos mil personas congregadas no pararan de botar al ritmo de temazos como la extraordinaria ‘Boyz’ o ‘Bucky Done Gun’. El espectáculo no falló en lo visual, con proyecciones, un par de alturas y dos bailarines que improvisaron coreografías durante casi la totalidad del concierto; pero la jefa era ella, que en varias ocasiones no sólo se tiró al público sino que hizo surf arrastrada de piernas y brazos hasta llegar a la barra del fondo de La Riviera, donde interpretó subida, cual stripper, ‘Teqkilla’.

Para los bises se guardó dos de sus ases: la infravalorada ‘Born Free’, el mayor trallazo de la noche, y la celebradísima ‘Paper Planes’. No sonaron en Madrid ni lo suelen hacer en el resto de la gira, según vemos en Setlist.fm, ni ‘XXXO’, ni ‘Jimmy’, ni ‘Pull Up The People’. Y para mi propia sorpresa podemos decir que no las necesitamos. Igualmente los mismos habrían salido diciendo que M.I.A. es un timo porque se despreocupa de que se oiga su voz o de llevar en la gira un técnico bueno y los mismos que es tan grande que ella misma se basta, debido a su enorme presencia física, para dar un concierto histórico. 8.

Foto: Movistar (Javier Mendoza Goiri)

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: m.i.a.