En varias ocasiones durante la tarde se vivieron momentos de pánico a las puertas del Palacio de los Deportes. La comprobación de los tickets para evitar que se superara el aforo provocó que se formaran colas de hasta una hora y media, dando vueltas a varias manzanas, para poder acceder a la pista. La policía tuvo que intervenir e incluso una vez dentro, el personal de seguridad intentó, sin éxito, bloquear el acceso a la pista indicando que estaba saturada, cosa que, tras una avalancha, comprobamos que no era cierta.
Ajena al caos, como la mayoría de asistentes, que ya llevaban en su sitio horas, Lady Gaga presentaba su conocido show ‘Monster Ball Tour’. Es una de las primeras veces en la historia del pop que un artista tiene que resolver dos horas de macroespectáculo a 70 euros la entrada con un disco y medio de repertorio, por lo que son varios los momentos en que el concierto flojea, como era de prever.
Canciones como ‘Beautiful, Dirty, Rich’ y ‘The Fame’ carecen del gancho de sus singles, pero lo peor es que Gaga no sabe condensar en hora y media las virtudes que tiene. Como para obligarse a llegar a las dos horas de set, la mujer no para de cerrar y abrir cortinas y escenarios, a menudo para nada, pues por ejemplo ‘Poker Face’ se desarrolla sin ningún tipo de escenografía. Por otro lado, y como ya apuntó nuestro corresponsal en Barcelona, sus mensajes de ánimo a marginados y homosexuales, dignos de libro de autoayuda, llegan a interrumpir innecesariamente baladas como ‘Speechless’ o la aparentemente muy mediocre ‘You and I’, del próximo disco, que se interpretan seguidas.
Sin embargo, cuando todo parece abocado al bostezo, el concierto explota. A pesar del vago fondo temático de la gira en general y de los bloques en particular, es espectacular la última media hora, donde suenan seguidas ‘Monster’, ‘Teeth’, ‘Alejandro’, ‘Poker Face’ y sobre todo ‘Paparazzi’, con la mejor puesta en escena de la noche, la del monstruo. El bis, con ‘Bad Romance’, es el mayor acierto de toda la orquestación del setlist: la gente no podrá evitar salir tarareándola.
Decenas de adolescentes llaman a padres y amigos emocionados por el gran espectáculo que han visto. La misma Gaga advierte de lo buena que es durante ‘Teeth’, cuando recuerda que no hace playback hundiendo en la miseria a gente como Britney Spears. En efecto canta bien y presenta un sonido apabullante que ya hubieran querido Arcade Fire unos días antes en el mismo recinto. Tras ver en directo su set de las tetas-chispa o el de tocar el piano con los tacones, da miedo lo que pueda hacer sobre un escenario cuando pueda incluir en su show restos de su etapa gospel (‘Like a Prayer’), su etapa cerda (‘Erotica’), su etapa mística (‘Ray of Light’) y su etapa política (‘American Life’). Coged palomitas. 6.