Músico por intuición y no por formación, Van Vliet se unió en 1965 a The Magic Band como Captain Beefheart, y partiendo de estructuras básicas del blues añadían toques de psicodelia y free jazz que, tras dos álbumes (‘Safe As Milk’ y ‘Strictly Personal’) atrajeron la atención del mismísimo Frank Zappa, que produjo su tercer álbum, una de las obras capitales del rock de todos los tiempos, ‘Troust Mask Replica‘ (el álbum se situó en el puesto 58 de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, según Rolling Stone; y ocupó el puesto 25 entre los 200 mejores discos del siglo XX, según Rockdelux). Su absoluta falta de prejuicios en la creación, con constantes e inesperados cambios de ritmo y arreglos heredados del jazz más salvaje, son clave para entender las obras de músicos clave en el rock de las últimas décadas como Nick Cave, John Lydon, PJ Harvey o Wayne Coyne.
Beefheart fue también famoso por procurar un trato poco respetuoso a sus músicos y por propagar falacias en torno a su obra, como que había soñado todas las canciones de un disco durante 24 horas o que un productor había modificado las mezclas de un disco sin su autorización, para esquivar las malas críticas recibidas. Prosiguió su carrera colaborando con Zappa y con sucesivas renovaciones de su Magic Band hasta principios de los 80, cuando se retiró al desierto de Mojave para dedicarse plenamente a la pintura. Este ‘Sure´Nuff ´n´ Yes, I Do’ incluido en su primer álbum es probablemente su canción más conocida.