Cuando se habla de tu música se suele hablar del componente «chica con guitarra» y muchos medios te han preguntado por la escena de folk femenino nacional, sin detenerse en otros detalles de tu música. No te
hemos visto perder la paciencia en las entrevistas, ¿pero no has terminado un poco harta de este tipo de preguntas?
Me lo tomo con filosofía… Personalmente me parece un tipo de pregunta algo superficial… Cuando alguien va por ahí imagino que no se ha detenido mucho a escuchar lo que hago. Procuro evitar dedicar energía a preocuparme por cómo me ubican los demás. A veces me da la sensación de que esperan que me justifique por ser chica y tocar la guitarra. Me parece extraño y me hace pensar que la escena musical española es aún muy masculina.
Quizá es más interesante el repertorio de ruidos que has decidido meter en cada canción. ¿Te gusta lo que hace gente como Psapp, Tunng, Matthew Herbert o CocoRosie o se te ocurrió sin más?
De los que mencionas solo he escuchado a CocoRosie, que cuando las descubrí me resultaron muy inspiradoras. Lo de los ruidos es consecuencia de falta de recursos. Quizá si hubiera tenido una batería en casa la hubiera usado, pero quería hacer percusiones y no la tenía, así que empecé a dar uso a lo que encontraba por casa. No fue algo que decidiera de antemano.
Cacharrear con objetos caseros en realidad debería ser inherente a los músicos, sobre todo por los momentos en que no tienen un instrumento a mano para componer, ¿no te extraña que esta idea no haya surgido, se haya desarrollado o haya tenido más éxito antes?
Es lo que decía antes… Yo creo que la diferencia es que ahora la gente se autoproduce mucho más en casa, antes se iba a un estudio profesional a grabar, allí había instrumentos y entonces no hacían falta los cacharritos. También esta el tema de que el gusto estético va cambiando y quizá antiguamente se valoraba más el virtuosismo instrumental y no tanto la creatividad sonora.
¿Cuál es el objeto más extraño que aparece en el álbum?
Mmm… una silla de ruedas.
¿Alguna vez se te ha ocurrido meter algún arreglo casero a canciones ya publicadas, a la manera que a un rockero se le puede ocurrir un riff de guitarra para una canción ya publicada o un arreglo nuevo a un teclista?
Pues hasta ahora no.
¿Cómo llegó ‘¿Qué será, será?’ a ‘Desorden’?
‘Qué será, será’ es una versión que toco a menudo en directo. La cantaba mucho de pequeña y me hizo ilusión recuperarla. No me gustaba la idea de incluir la versión entera en el disco, así que decidí grabar un pequeño fragmento con una grabadora de cassette, subirle un poco el “pitch” e incluirla como interludio entre ‘Desorden’ y ‘A lo mejor’. Además le encontraba sentido argumental porque ‘A lo mejor’ comienza con la frase ‘A lo mejor será mejor’.
¿Podemos considerar Oniric un proyecto acabado o crees que algún día se recuperará de alguna forma?
Podemos considerarlo un proyecto acabado.
Algunas de las canciones de tu último disco las tenías creadas desde hace tiempo. ¿Eran para Oniric? ¿Cuáles son las más antiguas?
La más antigua es ‘La nana del agua’. Era un tema que iba a ir al disco de ‘Oniric’ pero finalmente lo descartamos. A Ricky le gustaba mucho la canción y a mí me daba pena que hubiera quedado sin publicar, así que decidí incluirla en ‘Una forma de hablar’. Le siguen ‘Lo que hay que oír’ y ‘Una forma de hablar’, que ya tocaba con Oniric.
Tus vídeos aparecen subidos a Youtube por TheOniricMusic. ¿De alguna manera sientes que estás haciendo lo mismo?
¿De quién fue la idea de hacer el vídeo de ‘Lo que hay que oír? ¿Teníais a Dylan muy presente en todo el concepto artístico o fue sólo un medio de expresar lo que queríais decir?
Fue una idea de Kenneth Santos, el chico que hizo el videoclip. Yo ni siquiera conocía el videoclip de Dylan. A Kenneth le hizo gracia la letra, quiso destacarla en el videoclip y se le ocurrió hacerlo de esta manera.
En un par de entrevistas has dicho que te resistías a cantar en castellano porque no tenías muchas referencias de grupos españoles que te gustaran, aunque posteriormente has citado algunos grupos actuales.
¿Has ampliado en estos meses tus referencias en castellano del pasado? ¿Qué artistas en castellano no actuales te gustan más?
Pues la verdad es que no la he ampliado mucho… Aunque hace un par de meses que estoy obsesionada con Lhasa de Sela, sobre todo con su primer disco ‘La Llorona’, que es todo en castellano. Me gusta la libertad con la que escribe sus letras, sin prejuicios ni miedo a soltar una frase como “el alma prende fuego cuando deja de amar”.
¿No te tienta cantar en catalán como a tantos de tus colaboradores, amigos, compañeros?
¡Últimamente ya lo hago! Tengo un par de temas en catalán. En el último concierto que hice una chica del público me comentó que le gustaba más cómo cantaba en catalán. La verdad es que yo canto en castellano porque es mi lengua materna pero en mi día a día uso más el catalán y cada vez me resulta más natural componer en los dos idiomas.
En el disco aparecen bastantes ritmos diferentes, un poco jazz, bossa… ¿la Maria Rodés del futuro irá por aquí?
Los nuevos temas que he hecho los he grabado con las bases rítmicas de un pequeño teclado ochentero que encontré en un “Cash converter”. Es probable que lo use bastante en las nuevas canciones. Me apetece jugar un poco con la electrónica y hacer un disco más experimental y lúdico que el anterior. Ahora mismo tengo varios temas hechos pero me faltan letras… Planeo dedicar el mes de enero a acabar de componer lo que será el próximo álbum.
Refree nos ha contado que estáis preparando un repertorio de canciones de bandoleros y ladrones a la catalana. ¿Cuál es tu implicación? ¿Cantarás o te implicarás algo más?
De momento soy la cantante. Los arreglos los ha compuesto todos él, pero me apetece mucho implicarme algo más haciendo algún tema nuevo para el proyecto.
¿Hoy por hoy tus directos son lo que te gustaría que fuera o te gustaría hacer algo que no puedes? (Preguntamos un poco pensando en el carácter teatral de muchas de las canciones o del videoclip)
No tengo en mente teatralizar el directo, la verdad es que es una mezcla que me da algo de respeto. Me doy cuenta de que algunas de las canciones pueden dar la sensación de estar escritas más desde un personaje que otras y supongo que eso ya se transmite en el momento de interpretarlas. Hoy por hoy estoy bastante a gusto con nuestro directo, siempre con cosas a mejorar claro, pero de cara a la próxima gira tengo ganas de dejar de lado los instrumentos más naive y los detalles más pueriles para buscar un sonido más sobrio.
Las letras resultan bastante cotidianas, pero qué recuerdo te dejará el fondo de ‘Una forma de hablar’? ¿Crees que es un disco optimista o pesimista?
Pues creo que es un disco optimista disfrazo de pesimista. Quiero decir que a pesar de que las letras tiendan a ser negativas no dejan de transmitir cierta ilusión y sentido del humor. Creo que ninguna composición o creación artística en general puede ser 100% pesimista ya que para mí, el mismo hecho de crear lleva implícito cierto grado de esperanza.