En la carta, De La Iglesia asegura que estos dos años al frente de la Academia han sido de los mejores de su vida. Recuerda sus primeras declaraciones inexpertas declarando que se bajaba porno de la red y recuerda sus esfuerzos por el diálogo y por dejar atrás esa intransigencia que retrata en su última película. «Yo, por mi parte, reconocí que el modelo de mercado necesitaba ser ampliado y corregido, que la oferta legal no era suficiente, y que compartir archivos con libertad era algo inamovible y deseado por todos». Además, cree que también hay que hablar con las personas que son contrarias a tu manera de pensar. «Puede resultar incómodo al principio, sobre todo si eres soberbio, como yo. Pero cuando aprendes a encajar, la cosa fluye, y las ideas entran. En este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados».
La decisión de Álex de la Iglesia es un duro golpe para González-Sinde, pues se había convertido en una figura emblemática presta al diálogo y a escuchar al pueblo casi insustituible (¿a quién pondrán?). A pesar del batacazo sufrido en el Congreso, la Ley Sinde saldrá adelante, ya que se prevé que sea aprobada en el Senado después de que PSOE, PP y CiU alcanzaran ayer un acuerdo.
Este acuerdo se produjo después de que se realizaran unas modificaciones sobre las garantías judiciales para cerrar una web. El juez intervendrá dos veces: en el inicio del proceso, cuando la comisión reciba una denuncia, para averiguar quién es el responsable del dominio, y para ordenar su cierre (se calcula que se tardarán 17 días). La propuesta original limitaba la intervención del juez a la orden de cierre. Se mantiene la figura de una comisión extrajudicial para decidir qué páginas vulneran los derechos de propiedad intelectual. Como contrapunto, se modificará el odiado canon digital. «El Gobierno, en el plazo de tres meses desde la entrada en vigor de la presente Ley, mediante Real Decreto y con plena conformidad al marco normativo y jurisprudencial de la Unión Europea, procederá a modificar la regulación de la compensación equitativa por copia privada»